La regulación aprobada permitirá la fracturación hidráulica a 1.200 metros por debajo de la superficie de parques naturales, humedales y lugares declarados patrimonio mundial.
La perforadora, sin embargo, no podrá estar a la vista, sino que penetrará lateralmente desde los bordes de estos lugares para buscar o extraer hidrocarburos.
La técnica del "fracking", fracturación hidráulica, consiste en inyectar agua a alta presión para fracturar rocas ubicadas a profundidades de entre 1.500 y 2.400 metros y extraer gas o petróleo de esquisto.
Esta técnica ha ampliado las posibilidades de extraer petróleo en muchos otros países y es una amenaza a la posición dominante de los productores tradicionales.
"No ha pasado ni siquiera un año desde que el gobierno prometió prohibir la fracturación hidráulica en parques naturales", lamentó Hannah Martin, responsable de temas energéticos en la organización ecologista Greenpeace.
"Es malo para nuestro campo, es malo para el medioambiente", agregó. Los parques nacionales acabarán "flanqueados por perforadoras, focos y camiones pesados que contaminarán el aire y la tierra, además de amenazar nuestros acuíferos".
al/age
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