El Reino Unido somete a consulta su plan de división de la banca

  • El Gobierno británico sometió hoy a consulta pública su proyecto de división de la banca para separar las actividades comercial y de inversión, a fin de evitar futuros rescates como los ocurridos tras la crisis crediticia de 2008.

Londres, 14 jun.- El Gobierno británico sometió hoy a consulta pública su proyecto de división de la banca para separar las actividades comercial y de inversión, a fin de evitar futuros rescates como los ocurridos tras la crisis crediticia de 2008.

El secretario financiero del Tesoro, Mark Hoban, presentó ante el Parlamento el plan del Ejecutivo, que se basa en las recomendaciones difundidas en septiembre por la Comisión independiente de la banca, constituida para proponer una reforma del sector.

La principal medida es que, antes de 2019, las entidades deberán establecer un "anillo de protección" en torno a su negocio comercial (cuentas corrientes y de ahorro, hipotecas, préstamos a particulares y empresas, etc), que tendrá estatus legal propio y se gestionará de forma independiente a otras actividades más arriesgadas del banco, como las inversiones.

La Comisión también pidió que la banca comercial tenga unas reservas de capital de calidad para afrontar posibles pérdidas de al menos el 10 %, mientras que los grandes grupos bancarios deberían asegurar un fondo de absorción de entre el 17 y el 20 %.

La intención de estas medidas -asegurar la capitalización de los bancos y la independencia de sus negocios más y menos arriesgados- es minimizar la necesidad de futuras intervenciones estatales, al posibilitar que una parte del negocio -el de banca de inversión- pueda quebrar sin afectar a los depósitos de los clientes.

El portavoz de Economía laborista, Ed Balls, en la oposición, criticó hoy que el llamado Libro blanco sometido a consulta de los ciudadanos "suaviza mucho" las propuestas iniciales, con concesiones a los bancos.

El presidente de la Comisión de la banca, John Vickers, lamentó que se plantee rebajar, por debajo del 10 %, el umbral de fondos de reserva que se recomienda tener a las entidades, ya que el Gobierno prefiere igualarlo a los requisitos internacionales, menos exigentes, recogidos en el tratado de Basilea III.

Otra concesión a los bancos es que, pese a la separación que habrá entre banca comercial y de inversión, el Gobierno permitirá vender algunos polémicos instrumentos financieros derivados en el negocio minorista.

"Creímos que era de interés para las (pequeñas y medianas) empresas que ciertos instrumentos financieros, incluidos derivados, se pusieran a su disposición. Hay demanda de estos productos", dijo Hoban a los diputados.

Los bancos se han quejado del coste que tendrá para ellos aplicar las reformas, estimado en unos 7.000 millones de libras (8.500 millones de euros) al año, si bien el Ejecutivo señala que ese coste se verá compensado al evitar futuros rescates.

Los rescates a la banca británica efectuados tras el estallido de la crisis crediticia mundial en 2008 costaron al Estado británico unos 140.000 millones de libras (170.800 millones de euros).

El documento presentado hoy por el Gobierno británico estará abierto a comentarios del público hasta el 6 de septiembre, tras lo cual se empezará a tramitar una ley que debería entrar en vigor en 2015.

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