El sector de la biomasa pide un aumento de la prima del 25% para poder invertir 3.000 millones de euros hasta 2020


El sector de la biomasa (productores agrícolas y ganaderos, productores forestales y productores de energía de la biomasa) pretende instalar unos 800 megavatios (MW) adicionales de esta energía renovable de aquí a 2020, con una inversión de unos 3.000 millones de euros. Para que esto sea posible demandan un aumento de la prima que reciben del 25%.
Las previsiones del Gobierno pasan por que, en 2020, la biomasa sólida cuente con 1.350 MW, frente a los 533 MW actuales; algo que equivaldría a un aumento de unos 81,7 MW/año.
En cuanto al biogás, el objetivo se fija en 400 MW para esa fecha, de tal modo que se instalarían unos 22 MW/año (desde los 177 MW actuales).
Según fuentes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA Biomasa), comparativamente respecto al conjunto del mix eléctrico renovable establecido, las biomasas (biomasa y biogás para producción eléctrica) suponen un "testimonial" 2,75% del mix energético.
Por eso, este sector pide que se mejoren sus condiciones y que tanto en el nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020 como a nivel normativo se implementen mejoras que permitan su desarrollo.
En concreto, esta industria busca un aumento de la retribución que actualmente recibe, de tal modo que la actividad sea rentable y sea posible su expansión, no sólo vinculada a otras industrias (como la maderera y la papelera), sino también de forma independiente.
En concreto, el sector busca un aumento de su prima (de 140 euros por megavatio) del 25% en el horizonte 2013. Esto supondría un aumento de las subvenciones a la biomasa de 170 millones de euros al año pero, según sus estimaciones, produciría ahorros de hasta 400 millones de euros al año (en el mercado de emisiones, creación de empleo, pago de impuestos asociados, etcétera).
Urgen a la aprobación de este aumento de la retribución teniendo en cuenta que el tiempo medio de puesta en marcha de una planta de biomasa es de dos años y que la inversión asociada oscila entre los 2,5 y los 3,5 millones de euros, de media.
APPA Biomasa considera que el peso que la biomasa tiene en España (menos de un 2%) está muy por debajo de su potencial de desarrollo. Más aún si se tiene en cuenta que en otros países, como Alemania, es la segunda tecnología renovable más implantada.
El sector esgrime, asimismo, los importantes beneficios sociales que conlleva el desarrollo de esta energía, autogestionable (es decir, no intermitente) y generadora de empleo en el medio rural.
A juicio de APPA Biomasa, esta fuente energética "no puede situarse en el cajón de sastre de las energías renovables,
compartiendo grupo con tecnologías noveles". A su entender, los objetivos marcados por el Gobierno implican la desaparición de la biomasa.
Piden por ello que el objetivo para la biomasa sólida ascienda a 2.146 MW, para el biogás a 400 MW y en forsu (residuos sólidos urbanos) a 234 MW.

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