No ha sido un buen verano para el sector turístico español. En julio, la llegada de visitantes extranjeros cayó un 4,9%; en agosto, otro 1,9% y en septiembre, aunque este indicador parece haberse recuperado, permanece prácticamente estancado, al crecer las visitas internacionales a nuestro país apenas un 0,5%.
Así, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado el peor cierre de temporada estival desde el año 2009, cuando, en plena crisis económica mundial, España perdía un 9,7% de turistas internacionales en septiembre y un 8,7% en el conjunto del año, de acuerdo con los datos que proporcionaba entonces Turespaña, dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Respecto al impacto económico, los 8,9 millones de visitantes que llegaron del resto del mundo en el noveno mes del año realizaron un gasto total de 9.543 millones de euros, lo que supone un aumento de apenas el 0,7% respecto al mismo mes de 2017. El gasto medio diario por turista en septiembre fue de 1.069 euros, con un leve repunte anual del 0,2%, mientras que el gasto medio diario creció un 3%, hasta los 147 euros, según el desglose de Estadística.
En el Ministerio que dirige Reyes Maroto prefieren fijarse en el dato acumulado y destacan en una nota remitida esta mañana tras conocer los datos de Frontur y Egatur que "España recibió durante los nueve primeros meses del año más de 66,2 millones de turistas internacionales, idéntica cifra respecto al mismo periodo de 2017, mientras que su gasto se incrementó un 2,5%, hasta los 71.773 millones de euros".
A juicio de la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, las cifras constatan que “la estabilización de los flujos turísticos sigue acompañada de un crecimiento importante del gasto turístico y ese es el camino a seguir”. Este es el argumentario que está utilizando el Gobierno desde que empezase a ceder el indicador de llegadas de visitantes extranjeros a principios de este verano: es el momento de apostar por la calidad, frente a la cantidad.
Pero la Estadística del INE confirma un frenazo en el turismo que va a requerir esfuerzos importantes para apuntalar un sector que aporta más del 11% del Producto Interior Bruto (PIB) y del 13% del empleo en nuestro país. Y es que los principales mercados emisores empiezan a resentirse: en lo que va de año, Reino Unido (con cerca de 15 millones de turistas extranjeros) se mantuvo como el primer país emisor pero registró un descenso del 3% respecto a los nueve primeros meses de 2017; le siguió Francia, con casi 9,4 millones de turistas internacionales (+0,6%) y Alemania, con casi 9,1 millones de visitantes, un 5,4% menos.
Respecto a las comunidades autónomas favoritas, también experimentan caídas. Cataluña sigue siendo el primer destino principal de los turistas extranjeros llegados a España hasta septiembre, con más de 15,4 millones, cifra que, sin embargo, supone un 2,3% menos que en el mismo periodo de 2017, seguida de Baleares, con más de 12,2 millones de visitantes (-0,5%), y de Canarias, con casi 10,1 millones, un 3,4% menos.
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