El uso generalizado del vehículo eléctrico en león reduciría las emisiones de co2 en casi 6.000 toneladas


La generalización del uso del vehículo eléctrico en la ciudad de León reduciría en el año 2020 las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 5.862 toneladas, que, trasladadas al mercado de emisiones, generarían 100.000 euros de beneficios con su venta.
Esta es una de las conclusiones del departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Control la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que además ha demostrado que un modelo de transporte basado en vehículos eléctricos sería rentable en la ciudad de León, donde se podría reducir el déficit de tarifa más de un 43% para entonces.
Aunque los expertos contemplan pequeñas subidas de impuestos, aseguran que los consumidores, el Estado y los demás agentes del sistema eléctrico ganarían en rentabilidad, al reducir su dependencia del petróleo. Es más, respecto al crudo se ahorrarían 41.879 barriles de petróleo para ese mismo año.
Por otra parte, el uso de las redes inteligentes, vehículos eléctricos y políticas retributivas adecuadas “conlleva que la energía almacenada en las baterías de los vehículos eléctricos pueda inyectarse en los picos de consumo, generando un mejor equilibrio del sistema eléctrico”, afirma Pedro Miguel Ortega-Cabeza, uno de los autores del artículo.
Con ello se recuperaría la inversión realizada para adquirir autobuses y taxis eléctricos y para instalar puntos de recarga. Además, el consumidor amortizaría también el coste de la batería de su vehículo, al obtener ingresos por ceder su energía a la red. “Los beneficios medios por usuario, una vez recuperado el coste de la batería, se estiman en más de 7.000 euros”, calcula Ortega-Cabeza.
Para diseñar el modelo, que se publica en la revista ‘Energy’, los ingenieros han partido de un escenario situado en 2020-2030, donde han tenido en cuenta la penetración prevista del vehículo eléctrico, las estimaciones de evolución del parque automovilístico de León, la evolución de la inflación (según el Fondo Monetario Internacional), la evolución del precio del petróleo (que fija el Departamento de Energía de Estados Unidos) y las previsiones del consumo energético del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
La elección de León para diseñar el modelo no fue casual. Su tamaño (inferior a 200.000 habitantes), su plan de movilidad (que ocupó el segundo puesto en el Premio Europeo de Movilidad 2012) y su casco histórico limitado al tráfico influyeron decisivamente en los ingenieros de la UNED. No obstante, los investigadores trabajan para extender el modelo a ciudades más grandes, como Madrid y Barcelona.

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