Depende de los inversores un 37% más que en 2019

España pide en los mercados un 6% más de financiación que en la anterior crisis

El pasado lunes se anunció una reducción para 2022 de las emisiones brutas de hasta el 10% con respecto a 2021. En caso de que se cumpliera, el país seguiría pidiendo a los inversores un 23% más que en 2019.

Calviño y Sánchez
España pide en los mercados un 6% más de financiación que en la crisis de 2008.
Europa Press

El pasado lunes 10 de enero, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, celebró una estimación del Tesoro Público, que sostenía que en 2022 la emisión de deuda bruta en los mercados se reduciría un 10%, hasta los 237.498 millones de euros. A esta 'buena' noticia se le ha unido en el último mes otras tres más: se aprobó la llegada de 10.000 millones del primer desembolso de los fondos europeos, la aprobación de la reforma laboral -con el beneplácito de la patronal y de los sindicatos- y los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Tres dosis que inyectan de confianza al equipo económico de Calviño para rebatir cualquier indicador económico que vuelva a poner en duda sus previsiones de crecimiento.

Sin embargo, el Tesoro Público, cuya secretaría general está adscrita a la Secretaría de Estado de Economía, muestra -en su serie histórica de financiación en los mercados- un dato que al mismo tiempo diluye cualquier éxito precipitado: en 2021 España captó en los mercados una financiación bruta por un valor de 264.174 millones de euros, una cifra que supera, por un 5,8%, al del año 2012, cuando el país estaba atravesando los peores estragos de la crisis de 2008. Además, las previsiones que hace el Tesoro Público a principio de año, muchas veces, no corresponden con la realidad cuando concluye el año, ya que durante el transcurso de los meses pueden ocurrir muchos imprevistos, como en el año 2020. Así, aunque se estimó una previsión de 196.504 millones de euros, esta acabó siendo un 41% superior, llegando a los 277.059 millones.

Que la deuda que tiene España con los inversores extranjeros sea mayor que en la crisis de 2008 es un dato que Calviño no quiso resaltar cuando, a principios del mes de diciembre, la vicepresidenta anunció que el Gobierno había decidido prescindir de la última emisión de deuda pública de bonos correspondiente a ese año. Según ella, esta decisión se debía al "refuerzo de una posición fiscal responsable y prudente que el Ejecutivo ha mostrado desde el primer momento" y que reflejaba el "buen tono" de la recuperación económica. Además, la vicepresidenta añadió que la economía "está yendo de menos a más" gracias a una aceleración del crecimiento en la segunda parte de 2021 y sentenció expresando sus expectativas "positivas" tanto para 2022 como para 2023.

El Tesoro Público español está continuamente haciendo cálculos acerca de las necesidades de financiación que tiene la economía. Utiliza como principal faro los PGE, que le permiten conocer la cantidad de gastos e ingresos que va a llevar a cabo el Gobierno. Este año ha sido atípico ya que han llegado unas transferencias -como también ocurrió en el año 2013 pero a través de otro mecanismo- procedentes de Europa que han permitido al Tesoro reducir un poco su dependencia de los mercados. Sin embargo, ni los ingresos -vía presupuestos-, ni los fondos (sólo se ha canalizado en la economía real la prefinanciación de 9.000 millones) han podido evitar que el programa de financiación (que es la última 'bala' que usa el Gobierno para ajustar los gastos e ingresos de la economía española) haya tenido en 2021 su segunda cifra más alta en la última década, solo por detrás del año 2020.

En el año 2012, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) puso a disposición del Gobierno de Rajoy 100.000 millones (de los que usaron 41.300 millones) para rescatar a el sistema financiero del país. Ese mismo año, España consiguió por parte de los inversores internacionales 249.600 millones de euros. Como a ningún gobierno le gusta contraer deudas y que su economía dependa de inversores externos, con el paso de los años, se fue reduciendo la cantidad que se solicitaba en los mercados, hasta conseguir en el año 2019, con el gobierno socialista al frente, el mínimo de esta serie histórica: 192.800 millones. Es decir, en siete años España redujo su dependencia de los mercados en un 20%.

Pero, la pandemia del coronavirus derribó todo lo logrado. Desde finales de 2019 hasta el tercer trimestre del año 2021, el PIB de nuestro país cayó un 6,6%, la renta familiar un 6,3%, la bolsa un 7,2% y la inversión un 6,5%. A este delicado cuadro macroeconómico se le unió una deuda pública que supera el 122% del PIB, un déficit estructural del 4,5% y una inflación del 5,5%. Un escenario que ha tenido su impacto en el programa de financiación del Tesoro. Así, tanto en 2020 como en 2021, el Gobierno ha tenido que captar 297.000 y 264.174 millones respectivamente para cuadrar los gastos e ingresos del país.

Si uno observa el gráfico del programa de financiación, desde el año 2012 al 2021, apreciará que, de nuevo, parece que la curva ha vuelto a caer este año con una reducción de más del 20%. Un dato positivo porque reduce esta cifra histórica alcanzada el año previo, pero que habría que tratar con 'cautela' y sin declaraciones cargadas de júbilo y optimismo, porque España depende hoy de los inversores extranjeros un 37% más que el año precovid. Además, si la previsión para este año 2022 se cumpliera, la cantidad seguiría siendo un 23% mayor que en el año 2019 y eso muestra que, aún, el país está lejos de esa recuperación tan ansiada.

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