Exteriores ofrece a ceoe y cepyme acentuar la vertiente económica de las embajadas


El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo; el presidente de la CEOE, Joan Rosell, y el de Cepyme, Jesús Terciado, se reunieron hoy con el propósito de otorgar una dimensión económica a las embajadas de la cual, aseguran, antes carecían.
En la rueda de prensa posterior, García-Margallo reafirmó que el objetivo prioritario del Gobierno es el crecimiento económico y la creación de empleo, y que cada ministerio ha de colaborar en su ámbito de actuación y de acuerdo con sus posibilidades. Las de Exteriores serían un verdadero "ejército latente", compuesto por las 118 embajadas bilaterales, las 11 multilaterales, los más de 300 consulados y las delegaciones del Instituto Cervantes.
El ministro reiteró su ya declarada intención de reorientar el servicio exterior español hacia las regiones más provechosas del planeta, de potenciar las oficinas comerciales, de que el personal diplomático se dedique cada vez más a temas económicos y de crear "sinergias" entre el embajador, que tiene acceso a las autoridades del país, y el agregado comercial, que gestiona los intereses de las empresas.
Por ejemplo, avanzó que, a partir de ahora, cada nuevo embajador mantendrá al iniciar su mandato una reunión en la Embajada con los representantes de las empresas españolas que operan en ese país. Además, según García-Margallo, el objetivo es que las grandes empresas que ya exportan sirvan de vehículo para la internacionalización para las pymes.
Por su parte, Joan Rosell expresó su deseo de que las embajadas estén más cerca de las necesidades de las empresas, señalando que la exportación, que se incrementó un 15% en 2011 (hasta los 216.000 millones) y podría hacerlo un 50% en los 10 próximos años, podría ser una salida a la crisis.
El presidente de la CEOE lamentó que las embajadas "siempre han sido políticas y poco económicas". Y añadió, en referencia a los gobiernos anteriores: "No es un reproche. Es una realidad. Cuando hemos ido al exterior hemos notado esa falta". Rosell confía en que en el futuro este sesgo se invierta y ocurra como con las embajadas de otros países europeos, que son de carácter económico.

Mostrar comentarios