Ferrol y Vigo reciben con entusiasmo el veredicto de Pemex

  • La decisión de Pemex de encargar la construcción de sendos buques hotel en Ferrol y Vigo ha sido recibida con entusiasmo en las dos ciudades y sus áreas de influencia, estrechamente ligadas a la industria naval y muy castigadas por la crisis del sector y unas cifras de paro mareantes.

Lorena Bustabad, Jorge Morales

Ferrol/Vigo, 29 ene.- La decisión de Pemex de encargar la construcción de sendos buques hotel en Ferrol y Vigo ha sido recibida con entusiasmo en las dos ciudades y sus áreas de influencia, estrechamente ligadas a la industria naval y muy castigadas por la crisis del sector y unas cifras de paro mareantes.

Esto explica por qué miles de personas contenían esta madrugada la respiración a la espera de que Pemex anunciase formalmente la resolución de un concurso internacional al que concurrían Navantia y Barreras.

El flotel de Vigo se daba por seguro desde diciembre, cuando Pemex formalizó su entrada en Barreras, el mayor astillero privado de España, como accionista mayoritario tras adquirir el 51% de sus títulos, pero con el de Ferrol quedaban dudas.

Por eso, las redes sociales hervían pasadas las dos de la madrugada, hora española, poco antes de que la petrolera mexicana confirmase que serán los astilleros de Galicia los que fabriquen dos buques hotel antes de julio de 2016.

Es el primer contrato para la construcción de un buque que la ría ferrolana logra desde 2007. "Es la noticia más importante para la ciudad en seis años", resumía el alcalde, el popular José Manuel Rey Varela.

Navantia emplea en Galicia de forma directa a más de 2.300 personas y, durante los picos de trabajo, ha generado actividad para muchos miles más de una red de casi un centenar de industrias auxiliares.

Según los cálculos del comité de empresa, aproximadamente 3.600 operarios han perdido su empleo en los últimos dos años desde que el sector naval militar de Ferrol empezó a menguar su cartera de pedidos sin nuevos contratos.

Consideran los sindicatos que la construcción del flotel es "un alivio", pero no la solución al sector, y ya anuncian nuevas movilizaciones para reclamar el dique flotante, una estructura móvil que permitiría entrar al naval de Ferrol en el mercado de las grandes reparaciones navales, un sector en auge en el que Navantia despunta.

Muchos de esos operarios de subcontratas, explica un veterano sindicalista ferrolano, son relativamente jóvenes y bien formados que han ido encadenando contratos en el naval -pintura, montaje de estructuras, armadores, soldadores o tuberos- sin mayor complicación y que están a punto de agotar los dos años de subsidio, la mayoría con hipotecas y cargas familiares.

"Menos mal que pasa algo bueno porque esto es una ciudad fantasma", comentaba esta tarde, desde el anonimato, una vecina, hija y esposa de trabajadores del naval que todavía conservan sus empleos.

Aproximadamente un tercio de los pequeños comercios de la ciudad han cerrado sus puertas desde finales de 2010, calculan desde Acof, la Asociación de Comerciantes de Ferrol A Magdalena, el barrio urbano y comercial del centro.

La crisis ha terminado con negocios que llevaban décadas en los mismos locales: tiendas de ropa de niños y bebés, marcas de deporte, franquicias o zapaterías.

En Vigo, cuya industria naval vivió su época de esplendor en 2006 y 2007, con más de 10.000 trabajadores entre astilleros e industria auxiliar, la adjudicación del flotel ratifica las buenas expectativas del desembarco de Pemex en Barreras, considerado por diferentes actores implicados en el sector como punto de inflexión.

Barreras ha sido, junto a Vulcano, uno de los principales motores de la construcción naval en la ría de Vigo, y cuando en junio de 2011 entró en concurso de acreedores, del que salió en agosto de 2012 tras acordar una quita del 80% de la deuda, se llevó por delante a infinidad de empresas de diferente tamaño.

En la comarca de Vigo se han cerrado, además de un astillero, el M. Cíes, más de un centenar de empresas auxiliares, entre ellas algunas históricas como Grupo Auxinaval o Carenaga, y se han perdido cerca de 7.000 puestos de trabajo.

Además de engrosar las listas del paro, la crisis del naval ha provocado una fuga de talento de la que se han aprovechado, según denuncian los sindicatos, empresas holandesas y alemanas, principales competidoras de la industria naval española.

De hecho, algunas empresas de aquellos países organizaron entrevistas de trabajo para llevarse a los mejor preparados.

Patronales y también sindicatos, aunque no todos, confían en un "efecto contagio" por el desembarco de Pemex en Barreras. EFE

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