FG y Botín: el pique mundial de los patrocinios deportivos

Santander y BBVA no han llevado precisamente vidas paralelas desde que empezó la crisis hace ya tres años. Mientras Emilio Botín ha ofrecido su cara más voraz y ha hecho cara de su conocido sentido de la anticipación, BBVA ha hecho de la prudencia su bandera en pleno tsunami en el sector.

Las cifras son elocuentes. Cuando los analistas se planteaban la propia supervivencia del sector financiero tras la quiebra de Lehman Brothers, Santander se lanzaba a pedir a los inversores la friolera de 7.200 millones de euros en una ampliación de capital. Lo hizo con la cotización bajo mínimos –la operación valoraba el banco en poco menos de 30.000 millones de euros frente a los 82.000 actuales- y en pleno ataque de pánico en los mercados.

La operación se saldó con éxito, mientras dos años después BBVA se sigue congratulando “de ser el único gran banco que no ha necesitado ampliar capital”, como se encarga de recordar una y otra vez su presidente Francisco González.

En adquisiciones tampoco hay color. Desde que empezó la crisis hace tres años, Santander ha comprado 11 bancos–tres en el Reino Unido, donde ya es el segundo banco en depósitos e hipotecas sólo por detrás de Lloyd’s y el cuarto por número de oficinas- y sólo en los dos últimos años ha invertido más de 10.000 millones de euros.

Mientras, BBVA ha adquirido el estadounidense Guaranty en agosto del año pasado que le convierte en la decimoquinta entidad de EEUU por depósitos. La operación refuerza a BBVA Compass en Texas. Y ya en 2010, ha comprado Crédit Uruguay Banco en una operación pequeña, de alrededor de 100 millones de dólares.

A la par en patrocinios

Donde sí coinciden ambas entidades es en su extraordinaria apuesta por los patrocinios deportivos. No sólo son los dos grandes bancos más solventes de Europa según los resultados de los estrés test, sino que a partir de ahora van a ser las dos marcas más reconocidas y reconocibles en los grandes eventos deportivos.

Sólo el banco francés BNP Paribas, principal espónsor de la Copa Davis de tenis y del torneo de Roland Garros, tiene una presencia similar en un espectáculo deportivo de primer nivel.

Ahora, BBVA paga 20 millones de euros anuales por el patronicio de la Liga de fútbol española y 15,4 en su primer año como banco sponsor de la NBA, la liga profesional de baloncesto americano.

Es decir, la primera competición futbolística del mundo junto a la inglesa y la liga de baloncesto más seguida del planeta, con partidos televisados en 215 países del mundo y 41 idiomas. Los nombres de otros patrocinadores de la NBA tienen la talla de Coca-Cola, American Express, o Toyota.

Mientras, Santander centra su apuesta en la Fórmula 1 tras unir sus fuerzas con la marca más emblemática, la roja de Ferrari. El banco cántabro paga 40 millones de euros anuales -200 en cinco años- a la escudería liderada por Fernando Alonso. Es el doble de lo que desembolsaba cuando esponsorizaba a McLaren.Estrategias financieras divergentes y hojas de ruta paralelas en patrocinios deportivos.

Nunca la banca española ha sido tan internacional ni su marca más tan apoyada. Los réditos de ser las víctimas menos víctimas de la gran crisis financiera ya se dejan ver hoy en los grandes templos deportivos del mundo.