Gobierno dice que antimineros de Conga protestan ahora contra otra minera

Lima, 16 ene.- Agrupaciones antimineras que promovieron la suspensión temporal del proyecto Conga, en el norte de Perú, participan en las protestas contra la exploración que realiza la minera canadiense Candente Copper, afirmó hoy el viceministro de Minas, Guillermo Shinno.

"Al parecer hay interés político detrás de algunos que quieren paralizar este proyecto", dijo Shinno en declaraciones a Radio Programas del Perú (RPP).

Según el viceministro peruano, "hay gente que ha llegado (al distrito de Kañaris en la región Lambayeque) de otros lugares, como de Jaén y Bambamarca (de la vecina región Cajamarca), personas que ya han participado en las protestas contra el proyecto Conga".

En tanto, organizaciones sociales y campesinas de Kañaris, entre las que se encuentra el Frente de Defensa Ambiental y sindicatos laborales, han anunciado que impedirán, a partir del domingo, el ingreso de los trabajadores de Candente a la zona donde realizan los trabajos de exploración de cobre.

El motivo de la protesta es la contaminación que podría provocar la futura explotación minera en esta zona de pequeña agricultura.

Candente Copper tiene previsto invertir 1.500 millones de dólares en el desarrollo de la mina Cañariaco para producir 262 millones de libras de cobre anuales, además de una menor cantidad de oro y plata, por un periodo de 22 años.

Shinno explicó que la empresa no está realizando trabajos para explotar la mina, sino que "lo que se está haciendo es confirmar si hay reservas y, de darse el caso, determinarán si se ejecuta el proyecto y si es rentable".

Aseguró que Candente Copper ha cumplido con todos los requisitos legales para la exploración y que, en esta etapa, el impacto ambiental "es mínimo".

El viceministro de Minas recordó que el Gobierno ha creado una mesa de desarrollo multisectorial para Kañaris en la que se promoverán las obras necesarias para esa localidad en servicios básicos e infraestructura.

El proyecto Conga de explotación de cobre y oro, en la región norteña de Cajamarca, recibió una fuerte oposición de varios grupos políticos y sociales de esa jurisdicción por el impacto que generaría en el acceso a las fuentes de agua.

Sin embargo, a pesar de los compromisos firmados con el Gobierno para asegurar el abastecimiento de agua para los pobladores, la empresa Newmont decidió postergar indefinidamente la realización de las obras en ese yacimiento, de un aproximado de 4.800 millones de dólares.