Goldman Sachs empieza a tomar su propia medicina

  • El gigante de inversión lleva varias semanas contra las cuerdas: primero llegó la acusación de fraude por parte del Gobierno norteamericano y ahora se ha convertido en el blanco de inversores y agencias de calificación. Sus acciones están a un paso de marcar su precio más bajo en el último año y, según Fitch, la perspectiva de su calificación es negativa.
Ana P. Alarcos

Al circo de Goldman Sachs le crecen los enanos. Si hace dos años era una de las pocas entidades que podía sacar pecho con una aparente inmunidad a la crisis, ahora le ha llegado toda la tormenta de golpe.

El principal banco de inversión, y uno de los mayores espaculadores del mundo, está probando su propia medicina. "Goldman fue uno de los bancos que menos notó la caída de Lehman Brothers y todo lo que vino detrás. Sacó pecho de lo bien que lo estaba haciendo y fue arrogante. Ahora le están empezando a apretar las tuercas", asegura Pablo García, director de renta variable de Oddo España.

Sus acciones se están desplomando en bolsa (tanto que está a punto de marcar el precio mínimo en los últimos doce meses), la calificación de su deuda ya cuenta con la perspectiva negativa por parte de la agencia Ficth y los seguros por riesgo de impago (CDS) están en un nivel muy alto.

Todo empezó a mediados de abril, cuando la autoridad que regula la bolsa norteamericana (SEC, por sus siglas en inglés) le acusó de fraude por haber vendido hipotecas basura (las famosas 'subprime') presuntamente conociendo su contenido tóxico.

Cuatro días después, el banco de inversión presentó unos resultados trimestrales espectaculares, mejores incluso de lo que esperaban los analistas, pero los inversores le penalizaron con una caída en bolsa. Por si fuera poco, ha levantado ampollas entre la clase política internacional por haber reservado de sus cuentas 5.490 millones de dólares para pagar las primas y las pagas extraordinarias de sus directivos a final de año.

Todo este caldo de cultivo ha terminado de estallar con el huracán bursátil que está asolando los mercados internacionales y afectando de lleno a los valores bancarios. "El miedo incentiva la salida de los bancos", puntualiza García.

Prueba de ello es que desde el día 15 de abril -un día antes de la acusación de la SEC-, Goldman Sachs se ha desplomado cerca de un 25% en el indicador norteamericano S&P 500, mientras que la caída que acumula en lo que llevamos de año se reduce hasta el 15%.

A raíz de esta caída, las acciones del banco de inversión más importante del mundo están en mínimos de este año, al situarse cerca de dólares por título, y se acercan mucho al nivel más bajo de último año que registró el 13 de mayo de 2009, cuando cerró la sesión en 128,06 dólares por acción.

Todo esto también ha tenido un reflejo en la nota de sus emisiones de deuda. La agencia de calificación Fitch, que ha sido protagonista esta semana por encabezar el rumor de que podía rebajar la calificación de la deuda española, ha dado un toque de atención a la entidad.

La agencia internacional ha confirmado la buena nota a largo y corto plazo de Goldman Sachs (A+/F1+), aunque ha revisado a la baja la perspectiva de su 'rating’, que ahora pasa a ser "negativa". El motivo de la decisión de Fitch responde a los recientes acontecimientos legales y los retos regulatorios que están en curso y que podrían tener un impacto adverso en la reputación de Goldman y en su capacidad de generar ingresos.

Por otro lado, el consenso de analistas establece un precio objetivo de 201,56 dólares por acción. Además, según los datos de Bloomberg, el 64,29% de los analistas recomienda 'comprar' títulos de la compañía frente al 35,71% que recomienda 'mantener'.

Sin embargo, el director de renta variable de Oddo cree que "el caso Goldman está siendo mucho más político que económico, porque sus resultados están siendo buenos. Lo que quiere demostrar la acusación es que ningún banco está al margen de esta crisis y que cualquier banquero que cometa una infracción será ajusticiado".

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