Greenpeace alerta de que en españa existen cientos de balsas similares a la del vertido tóxico de hungría


Greenpeace denunció hoy que en España existen cientos de balsas similares a la que ha producido el vertido tóxico de Hungría que ha causado ya la muerte de cuatro personas. Más de una decena de estas balsas, diseminadas por la geografía española, superan el millón de metros cúbicos, como la de Hungría.



Esta organización también manifestó su "profunda preocupación por los impactos ambientales y en la salud del escape de cientos de miles de metros cúbicos de "barro rojo tóxico" cargado de metales pesados y altamente corrosivo que ha arrasado siete municipios húngaros y lámentó la muerte de las cuatro personas.
Asimismo, recuerda que "casos como la catástrofe de Aználcollar están todavía muy presentes. En el año 1998, la ruptura de uno de los muros de una balsa de residuos de pirita descargó cinco millones de metros cúbicos de lodos y aguas tóxicas en la comarca de Doñana. Hoy en día no existen responsables penales del accidente, por lo que los costes han tenido que ser sufragados con dinero público".
Greenpeace asegura que en varias ocasiones ha denunciado "la dejadez y permisividad de las administraciones en lo relativo al control y clausura de las balsas mineras en nuestro país".
Además de Aználcollar, en los últimos años la organización ecologista ha denunciado el peligro que suponen explotaciones como son la mina de Las Cruces en Sevilla, Cerro Colorado y Aguzaderas en la comarca de Río Tinto, Aguas Blancas en Badajoz o algunas de las balsas de estériles de la industria minera del oro en Asturias.
"Desgraciadamente, este tipo de accidentes siguen produciéndose, a pesar de las advertencias de los grupos ecologistas que exigen un mayor control de estas instalaciones", señaló Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.
"Tras la rotura de una de estas balsas, las consecuencias son siempre trágicas. Y, como hemos visto en Hungría, ha costado la vida de varias personas", agregó.
Un equipo de expertos de Greenpeace se ha desplazado a la zona para documentar el desastre, tomar muestras y poder así proporcionar una evaluación independiente de los daños ocasionados por este accidente, aunque los resultados tardarán un par de semanas.
Dada la gran cantidad de residuos vertidos con elevados contenidos en metales tóxicos que se ha lanzado a las aguas superficiales y los suelos, las consecuencias podrían ser graves y de larga duración para los ecosistemas de la zona, concluye Greenpeace.

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