Hollande quiere consolidar la incipiente recuperación económica con confianza

  • El presidente francés, François Hollande, afirmó hoy que hay signos incipientes de recuperación de la economía y subrayó que para consolidarla hace falta confianza, aunque no dio ninguna nueva receta para conseguirlo.

París, 14 jul.- El presidente francés, François Hollande, afirmó hoy que hay signos incipientes de recuperación de la economía y subrayó que para consolidarla hace falta confianza, aunque no dio ninguna nueva receta para conseguirlo.

"Para que haya crecimiento, el primer principio es la confianza", señaló Hollande, que lleva meses con niveles de popularidad muy bajos, en una entrevista televisada con motivo de la Fiesta Nacional.

Aseguró que la recuperación económica ha llegado, como demuestran los últimos datos de la producción industrial, del consumo o incluso del empleo, y que "el segundo semestre será mejor que el primero".

Preguntado sobre qué hacer para crear empleo y remontar la situación después de que el viernes pasado una tercera agencia de calificación (Fitch) retirara a Francia la nota máxima, la triple A, contestó que "la política no es magia" y que lo que hay que aplicar es "voluntad", "estrategia" y "coherencia".

Garantizó que no habrá nuevos aumentos de impuestos el año próximo, "salvo si son absolutamente indispensables", y prometió que para evitarlo la regla consistirá en "los máximos ahorros posibles", empezando por un recorte del presupuesto de la administración del Estado que en 2014 será histórica.

También confirmó la "necesaria" reforma del sistema de pensiones que se debe acometer a la vuelta de las vacaciones de verano y que pasará por un aumento del periodo de cotización, en paralelo al incremento de la esperanza de vida.

Por otra parte, el jefe de Estado reconoció que le "inquieta" el ascenso del ultraderechista Frente Nacional (FN), que en las elecciones legislativas parciales de los últimos meses ha conseguido en algunos casos mejores resultados que los de su Partido Socialista.

A su juicio, la pretensión de la presidenta del FN, Marine Le Pen, de que la formación de extrema derecha se convierta en el centro de la política francesa es de "una extrema gravedad" por el contenido de sus propuestas para sacar a Francia del euro, aplicar medidas proteccionistas o expulsar a extranjeros.

En cuanto al retorno sorpresa esta semana a la arena política de su predecesor en el cargo, el conservador Nicolas Sarkozy, indicó que "es su derecho", pero indirectamente le lanzó una crítica al hacer alusión al desencadenante de su vuelta: la sanción por el Consejo Constitucional de las cuentas de su campaña electoral de 2012.

Puntualizó que no se puede permitir que se cuestionen y se contesten los dictámenes del Consejo Constitucional.

Sarkozy acudió a principios de esta semana a una reunión extraordinaria de la dirección que su partido, la conservadora UMP, en relación con la decisión del Consejo Constitucional, lo que constituyó su primera intervención importante en un encuentro de la formación desde que perdió los comicios de 2012 frente a Hollande.

Además, el presidente defendió que el Estado se constituya en acusación particular en un escándalo político judicial que ya está afectando a Sarkozy y que podría llevarlo ante el juez: el del empresario Bernard Tapie, indemnizado en 2007 con 503 millones de euros de dinero público por un arbitraje decidido por la entonces ministra de Finanzas y actual directora del FMI, Christine Lagarde.

Hollande hizo hincapié en que, si el Estado se presenta como afectado en ese contencioso, es porque "defiende sus intereses" y no porque haya un "complot", como han denunciado algunas voces desde la derecha.

En cuanto a las disensiones públicas en su Gobierno en los últimos días, el presidente francés quiso poner fin a la polémica reabierta por el titular de Industria, Arnaud Montebourg, que se mostró a favor de que no se cierre la puerta a la explotación del gas de esquisto, que en Estados Unidos ha modificado el escenario energético y ha dado un impulso a la economía.

"Mientras sea presidente, no habrá exploración de gas de esquisto en Francia", sentenció Hollande.

Al ser preguntado por qué los repetidos desplantes de Montebourg a la línea oficial no han conducido a su cese, como le ocurrió el pasado día 2 a la ministra de Ecología Delphine Batho horas después de haber considerado "malo" el presupuesto de su departamento, negó que el primero tenga un "estatuto particular".

La diferencia de trato entre ambos, argumentó, es porque había establecido el principio de que, "si un ministro contesta el presupuesto, no podrá seguir en el Gobierno", y eso fue lo que hizo Batho.

Mostrar comentarios