La inflación en Brasil cayó a 0,08% en septiembre respecto a agosto, dando un guiño positivo a las tentativas del nuevo gobierno conservador de superar un cuadro combinado de recesión con fuerte alza de precios.
El aumento del costo de la vida (índice IPCA) en doce meses fue de 8,48%, frente a 8,97% un mes antes, precisó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El registro de septiembre, de 0,08%, fue el menor desde julio de 2014, así como el más bajo correspondiente a un mes de septiembre desde 1998. En agosto, había sido de 0,44% y en septiembre de 2015 había llegado a 0,54%.
Los analistas consultados por el diario económico Valor estimaban en promedio que septiembre cerraría con un alza del índice de precios de 0,18%.
La inflación de septiembre se vio propulsada principalmente por los gastos en vivienda (+0,63%) y salud (+0,33%). Los de alimentación, que crecieron 9,11% entre enero y agosto, dieron en cambio un respiro en septiembre, con un retroceso de 0,29%.
En lo que va del año, el IPCA ya lleva acumulado un aumento de 5,51% y las expectativas del mercado es que cierre 2016 con un incremento de 7,23%, según la última encuesta Focus publicada esta semana por el Banco Central de Brasil (BCB).
Esa proyección constituye una mejora respecto al aumento de precios de 10,67% de 2015 -el mayor en trece años- pero se sitúa aún por encima del centro de la meta anual de 4,5% fijado por el BCB, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales.
Alimentará igualmente las expectativas de que el BCB reduzca su tasa básica de interés, que se mantiene en 14,25% desde hace más de un año.
También dará argumentos al presidente Michel Temer para impulsar su política de severos recortes, como fórmula para restablecer las cuentas públicas y sacar al país de la peor recesión en casi un siglo, con una contracción del 3,8% del PIB en 2015 y, según las proyecciones del FMI; de 3,3% este año.
El cuadro recesivo se vio agravado por la crisis política, que llevó este año a la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas, y por el megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras.
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