Kerry lamenta la muerte del periodista Ben Bradlee, el "editor jefe" de EEUU

  • El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, lamentó hoy la muerte de la leyenda del periodismo Ben Bradlee, que fue director del diario "The Washington Post" entre 1965 y 1991, al que se refirió como el "editor jefe" del país.

Washington, 22 oct.- El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, lamentó hoy la muerte de la leyenda del periodismo Ben Bradlee, que fue director del diario "The Washington Post" entre 1965 y 1991, al que se refirió como el "editor jefe" del país.

"Su legado define el gran periodismo: encontró los hechos y dejó que los hechos contaran la historia, sin importar adónde llevara", señaló Kerry en un comunicado, en el que recordó la valentía de Bradlee y "su gran carcajada", así como su pasión por la política.

Bradlee falleció este martes en su casa de Washington D.C. a los 93 años de edad por causas naturales.

Fue el director que convirtió al "Washington Post en el diario de referencia mundial que es actualmente y que hizo historia con la publicación del caso "Watergate", que provocó la dimisión del presidente estadounidense Richard Nixon en 1974.

Durante su época al frente del periódico, también se publicaron en 1971 los Papeles del Pentágono, los documentos que revelaron la auténtica situación de la guerra de Vietnam y lo que pensaba el Departamento sobre ese conflicto, a lo que hizo referencia Kerry, veterano de ese conflicto.

"Es difícil de explicar la era de los Papeles del Pentágono a aquellos que no la vivieron", dijo Kerry, que destacó la "magnitud" y las "consecuencias" de la decisión de Bradlee y la editora, Katharine Graham, de publicar los documentos.

"Requirió valentía. Expuso la verdad. Salvó vidas. Eso es algo poco habitual actualmente", subrayó el secretario de Estado, al considerar que "hay pocos periodistas que puedan decir que decidieron decir no a las personas más poderosas del mundo, e hicieron lo correcto".

En este sentido, el jefe de la diplomacia estadounidense señaló que "puso su propia marca al periodismo y fue grande, atrevido y sin complejos. Inventó la redacción moderna. Se preocupó del Post como institución y se preocupó por su gente".

Durante su época al frente del rotativo, Bradlee duplicó su nómina de empleados hasta alcanzar los 600 trabajadores, y el presupuesto dedicado a la información se incrementó de tres a sesenta millones de dólares.

"Hizo del periodismo independiente la norma, sin excepción", agregó Kerry sobre Bradlee, quien, tras retirarse, continuó acudiendo al diario durante años como vicepresidente honorífico.

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