Tres son los nombres tras los 'problemas' de la mayor entidad privada en número de activos de Portugal. Son Ricardo Espírito Santo Silva Salgado, presidente del Banco Espírito Santo (BES) hasta hace poco más de un mes; su primo, José María Ricciardi, presidente del BES de Inversiones; y el empresario Pedro Queiroz Pereira, también perteneciente a una poderosa familia lusa y según los medios portugueses uno de los principales "informantes" sobre los abusos de la familia.
El detonante fue la ambición de Ricciardi por obtener el puesto que Silva Salgado ostentaba desde hacía 22 años. Esa pelea ha roto una familia que se consideraba una 'piña' y ha destapado cómo se utilizaba arbitrariamente al BES para 'ayudar' a las cerca de 400 empresas que engloba el Grupo Espírito Santo (GES). El resultado ha sido demasiadas deudas para prácticamente único banco que, hasta ahora, había conseguido evitar un 'rescate' en Portugal y un agujero de cerca de 1.200 millones de euros para GES.Fianza millonaria para el "Dueño de Todo Esto"
Era el hombre fuerte de la familia. En un libro recientemente aparecido sobre Salgado se le llama "El último banquero". Su proximidad con la política y los negocios no tenía igual. No hay negocio en Portugal en el que no esté presente el nombre Espírito Santo, ni Gobierno luso en el que varios de sus ministros no hubieran trabajado antes para la entidad.
Por el acrónimo de "DDT" ("Dueño de Todo Esto") era conocido Ricardo Salgado. Al frente durante 22 años del Banco Espírito Santo (BES) y uno de los cinco máximos responsables de GES. La ayuda prestada por el BES al emporio familiar para intentar evitar su desplome acabó por costarle el cargo de presidente a instancias del Banco de Portugal. El 24 de julio, el ya ex presidente del banco fue detenido por la policía y llevado ante el juez por su presunta relación con el mayor caso de fraude fiscal y blanqueo de capital de la historia de Portugal. Fue puesto en libertad bajo fianza de tres millones de euros.
La semana pasada el Banco de Portugal desveló que tras la auditoría se habían encontrado "contingencias extraordinarias" que llevaron a la entidad a cerrar el primer semestre del año con pérdidas récord por valor de 3.577 millones de euros. El escándalo en torno a Salgado parece lejos de tener fin, a la espera de conocer más detalles tanto sobre su supuesta vinculación con una trama de blanqueo y evasión de impuestos como sobre sus discutibles decisiones en calidad de presidente del BES.
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