Madrid, 10 jul.- La banca europea quiere recuperar la confianza de los inversores con la publicación el próximo viernes de la mayor prueba de resistencia a la que se ha sometido hasta ahora y que tiene como objetivo medir la capacidad de aguante de cada entidad en situaciones extremas.
Los datos de los denominados "estrés test" a más de 91 entidades europeas, que representan el 65 % de los activos financieros de la región, serán publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés).
En este análisis, al igual que el año pasado, España vuelve a ser el país europeo que más instituciones aporta, 25 en total: 7 bancos tradiciones, 10 fusiones o alianzas de cajas y 8 cajas independientes.
El Banco de España ampliará la información de la EBA con datos individualizados que servirán para determinar la capacidad de cada una de las instituciones españolas analizadas, que representan la práctica totalidad del sistema financiero español.
En esta ocasión, las exigencias de capital serán mayores porque aunque el "core capital" mínimo será del 5 % frente al 6 % del año pasado, ya no incluirá ni obligaciones necesariamente convertibles ni participaciones preferentes con fecha de vencimiento después de 2012.
Además, las entidades sólo podrán sumar plusvalías por operaciones anunciadas al mercado antes del 29 de abril y no podrán contar las provisiones genéricas, atesoradas por las entidades durante la época de bonanza a costa de reducir sus resultados como reservas.
Sin duda, este último punto es el que más ha perjudicado a la banca española, especialmente a las entidades medianas y a las cajas de ahorros, que en las últimas semanas han reclamado al Gobierno y al Banco de España que presione al EBA para que las provisiones genéricas, sin problemas para valorarlas, se incluyan como capital de máxima preferencia.
Por el contrario, aunque no los hayan recibido aún, las entidades españolas podrán incluir los fondos que el Estado les inyectara antes del 30 de septiembre para cumplir con los nuevos requisitos de capital.
Pero los "estrés test" también penalizarán a todas aquellas entidades que han repartido dividendo en los últimos años, al dar por hecho que seguirán haciéndolo a pesar de que la crisis se agudizara.
Con esto, aquellos bancos que no han podido retribuir a sus accionistas en los últimos años salen beneficiados, porque la EBA considera que seguirán actuando igual.
En el caso concreto de España, durante el periodo de "estrés" las pruebas simulan una caída de la economía española del 1 % en 2011 y del 1,1 % en 2012, frente al escenario base, que prevé un avance del PIB del 0,7 % y el 1,7 %, respectivamente.
En cuanto al paro, en el escenario base sería del 20,2 % en 2011 y del 19,2 % en 2012, mientras que en la situación adversa, el desempleo llegaría al 21,3 % de la población activa este año y al final del periodo, al 22,4 %.
Asimismo, las pruebas contemplan en la situación adversa una caída acumulada del precio de la vivienda próxima al 23,3 % y ante la inestabilidad de los mercados, los test incorporarán nuevamente el supuesto de una crisis de deuda soberana y el consiguiente riesgo de que un país incurra en sus compromisos de pago.
Con todo esto, se trata de hacer un cálculo lo más acertado posible de la solvencia que tendría cada entidad al final de una situación de dificultad máxima y ver la velocidad con la que consume capital.
Los analistas consultados por Efe aseguran que serán varias las entidades españolas que suspendan, ya que, según los criterios de EBA, la proporción de recursos de máxima calidad sobre activos de riesgo que tenían a comienzos de 2011 será mucho más baja de lo previsto y al final de 2012 quedará por debajo del 5 %.
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