La caída del consumo (1,1 %) y el gasto público (3,6 %) frenan la economía

  • La recaída del consumo de los hogares, con un retroceso interanual del 1,1 % en el último trimestre de 2011, y la mayor contracción del gasto público (3,6 %) y de la inversión (6,2 %), son los causantes de que la economía española se desacelerase en el conjunto del año y esté al borde de la recesión.

Madrid, 16 feb.- La recaída del consumo de los hogares, con un retroceso interanual del 1,1 % en el último trimestre de 2011, y la mayor contracción del gasto público (3,6 %) y de la inversión (6,2 %), son los causantes de que la economía española se desacelerase en el conjunto del año y esté al borde de la recesión.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado hoy la contabilidad nacional de 2011, después de que el pasado 30 de enero adelantara que la economía cayó el 0,3 % en el cuarto trimestre respecto al trimestre precedente, pero que creció el 0,3 % respecto al mismo trimestre de 2010 y el 0,7 % en el conjunto del año.

El empleo ha acelerado su caída y ha retrocedido el 3,3 %, lo que supone la reducción neta de casi 570.000 puestos de trabajo a tiempo completo en un año.

El año 2011 comenzó con una tímida recuperación del consumo, una menor caída de la inversión y el mantenimiento de la fortaleza de las exportaciones, si bien a medida que ha ido avanzando el año la situación ha cambiado, como refleja el deterioro del último trimestre.

De esta forma, en el conjunto del año el consumo familiar ha terminado retrocediendo el 0,1 %; el gasto público, el 2,2 %; y la inversión, el 5,1 % (8,1 % en el caso de la construcción), mientras que las exportaciones crecieron el 9 %.

Sólo en el último trimestre del año la demanda exterior ha aumentado su contribución positiva al PIB, pasado de 2,2 a 3,2 puntos, como consecuencia fundamentalmente del notable descenso experimentado por las importaciones (5,9 %), dado que el ritmo de crecimiento interanual de las exportaciones se ha ralentizado al cierre del ejercicio (5,2 %).

Frente a la fortaleza del sector exterior, la demanda nacional ha agudizado su caída y ha tenido una aportación negativa al PIB de 2,9 puntos.

La recaída interanual del consumo privado se explica porque el principal recurso de los hogares, la remuneración de los asalariados, ha decrecido el 2,1 %, aunque el INE dice que el comportamiento contractivo de las familias es también consecuencia de la caída de la confianza.

Respecto al ajuste en las administraciones públicas, la reducción del gasto es mayor en la compra de bienes y servicios que en la remuneración de los asalariados.

La formación bruta de capital fijo (inversión) ha acentuado su decrecimiento, sobre todo por un peor comportamiento de la inversión en construcción, que cayó el 8,2 %, mientras que la demanda de bienes de equipo se contrajo el 2,7 %.

Del lado de la oferta, la actividad en la industria ha recaído (0,4 %) después de seis trimestres consecutivos de crecimiento, en tanto que la construcción ha registrado una caída aún mayor que en el trimestre precedente (3,7 %).

En el sector servicios y la agricultura la actividad ha seguido creciendo, aunque a menor ritmo: el 0,9 % y el 0,3 %, respectivamente.

En el caso de los servicios el menor ritmo de avance es para las actividades relacionadas con el turismo, mientras que las actividades profesionales y las ligadas a la información y las comunicaciones han mostrado un mayor dinamismo.

El empleo ha caído en todas las ramas de actividad, aunque en la única que se ha desacelerado la destrucción de puestos de trabajo ha sido en la agricultura y ganadería.

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