La capital mexicana remodelará su centro artesanal para atraer a turistas

  • María Dolores Sánchez.

María Dolores Sánchez.

México, 16 ago.- La capital mexicana se propone remodelar el mercado de artesanías de La Ciudadela para atraer al turismo, mientras los artesanos piden convertirse en propietarios del predio en momentos en que sufren una caída de las ventas.

"Lo primero que hay que hacer es dotar de seguridad jurídica a los artesanos y hacer un pueblito mexicano con el que se dignifique la identidad histórica y se muestre la tradición a los turistas", dijo a Efe el secretario de Turismo del Distrito Federal, Miguel Torruco.

Tras la remodelación, el centro artesanal ubicado en el centro de la capital servirá de escenario para espectáculos tradicionales, contará con un kiosco para orquestas y bandas, y será una parada obligada dentro del recorrido del autobús turístico de la urbe, precisó.

El origen de La Ciudadela se remonta a 1965, cuando el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), solicitó a la Cámara de Diputados un predio ubicado en el centro de la ciudad "para hacer un centro artesanal con miras a los Juegos Olímpicos de 1968".

Ese año el Gobierno convocó a todos los artesanos del país a mostrar sus piezas en el lugar y después, en 1970 sirvió como sede de "souvenirs" para el Mundial de Fútbol: su éxito fue tal que se convirtió en un mercado fijo.

Más tarde, el terreno pasó a manos del Senado y ahora se está tramitando que sea el propio Gobierno de Ciudad de México el que se ocupe de los 400 arrendatarios de La Ciudadela, de quienes dependen indirectamente cerca de 20.000 artesanos de todo el país.

"Cada vez que había cambio de legislación, entraba el temor (entre los artesanos) de que se les iba a quitar", indicó Torruco.

El miedo sigue presente entre los artesanos de este mercado, que ven con preocupación cómo las ventas han caído en los últimos años, a pesar de que el Gobierno capitalino indicó recientemente que este sector registra un crecimiento anual del 4 % desde 2004.

Flavio Reyes lleva junto a sus dos hermanos un puesto de fabricación de piezas prehispánicas de barro en uno de los callejones centrales del mercado.

El artesano dijo a Efe que gana al mes entre 10.000 y 12.000 pesos (entre 794 y 952 dólares, aproximadamente; 595 y 715 euros) por la venta de piezas que tarda entre un día y una semana en elaborar.

Hasta que la crisis económica azotó a España en 2008, este país era su principal comprador y hasta allí llegaban en un cuidado embalaje estas estatuillas de barro.

"Con su crisis, caímos todos", señaló este artesano, que lleva 35 años en La Ciudadela, y reclamó al Gobierno la venta del terreno, puesto que "paga desde siempre impuestos de luz y de agua".

A las afueras de este centro de artesanía, y ubicado en la zona de los talleres, Paty Benita cose sus diademas de hilo de colores acompañada de sus hijos.

La artesana, que vive a tan solo unos metros de su puesto, relató que, si bien en un primer momento vendía en el Zócalo, se trasladó a La Ciudadela, porque en el centro histórico la venta ambulante no estaba permitida.

Ahora reclama que la ubiquen en alguno de los pasillos centrales del centro artesanal, así como el reconocimiento de la profesión.

El secretario general de la Unión Nacional de Artesanos y Similares, Cuauthémoc Ilhuicatzi, indicó que han pedido la regularización de su situación para que puedan convertirse en "los dueños" de sus lugares de trabajo, aunque precisó que aún no hay un proyecto formal.

Además de remodelar el mercado, agregó, es necesario que el Turibús tenga una parada en la entrada de La Ciudadela para incrementar la llegada de turistas y agrandar el estacionamiento.

Dos requisitos ya contemplados por la Secretaría de Turismo del Distrito Federal, que quiere que en el nuevo Centro Artesanal de Excelencia también haya "espectáculos como los voladores de Papantla o bailes típicos como la Danza de los viejitos de Michoacán".

"Si remodelan el mercado, y nos cobran el mantenimiento y la renta, tendremos que subir el precio de una artesanía que vendemos de 20 a 120 pesos (de un 1,5 a casi 10 dólares; de 1,1 a 7,5 euros)", lamentó el artesano José Ángel Zamora, que lleva en el mercado 48 años.

En este puesto de mochilas y bolsos de cuero que regenta trabajan sus hijos y nietos, un ejemplo de que el negocio de la artesanía pasa de generación en generación.

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