La creación del gigante de las telecomunicaciones luso-brasileño, en riesgo

  • El alumbramiento del nuevo "gigante" de las telecomunicaciones luso-brasileño se encuentra en riesgo apenas un año después de la firma de esta alianza, con la crisis del Grupo Espírito Santo como telón de fondo.

Óscar Tomasi

Lisboa, 9 oct.- El alumbramiento del nuevo "gigante" de las telecomunicaciones luso-brasileño se encuentra en riesgo apenas un año después de la firma de esta alianza, con la crisis del Grupo Espírito Santo como telón de fondo.

El acuerdo alcanzado en octubre de 2013 entre la brasileña Oi y la lusa Portugal Telecom (PT) para dar a luz a un operador en lengua portuguesa con presencia en cuatro continentes, más de cien millones de clientes y un volumen de facturación superior a los 12.000 millones de euros parece ahora resquebrajarse.

Analistas y expertos especulan con la posibilidad de que la fusión no se complete e incluso, aunque finalmente se lleve a cabo, en Lisboa lamentan la pérdida de influencia de PT.

La última prueba se produjo este miércoles, con la renuncia del portugués Zeinal Bava al cargo de presidente de Oi, puesto que asumió después de liderar durante un lustro PT.

Bava, que era el encargado de pilotar este proceso de fusión, anunció su salida justo cuando se están cuestionando los criterios de la misma, una decisión que diferentes analistas relacionan con la falta de acuerdo con los accionistas brasileños sobre el rumbo a adoptar a partir de ahora.

En las últimas semanas se han disparado los rumores acerca de una posible OPA sobre la empresa brasileña por parte de Telecom Italia, y al mismo tiempo se especula sobre el interés de la francesa Altice sobre PT.

En Portugal ya se habla de la posibilidad de que los brasileños necesiten de liquidez para futuras operaciones y se planteen la venta de activos de la operadora lusa.

Hoy mismo, un antiguo presidente de la firma portuguesa, Luís Todo Bom, resumía la sensación imperante en su país: "PT está destruida, es una sombra de lo que fue".

En su opinión, más que una fusión entre dos empresas -inicialmente los accionistas de la operadora lusa iban a ser propietarios del 38 % de las acciones de la compañía resultante- ahora se trata de una adquisición por parte de Oi.

En declaraciones al diario económico "Jornal de Negócios", Todo Bom -que actualmente es presidente del consejo consultivo de PT- consideró que la venta de los activos de la firma en Portugal es un hecho consumado, pase lo que pase con el proceso de fusión.

La operadora es una de las compañías más importantes del país, y el propio primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, admitió que su alianza con Oi "quedó bastante lejos de las expectativas".

Las relaciones entre la operadora brasileña y la portuguesa se tambalean desde el pasado julio, cuando salió a la luz que PT había comprado 900 millones de euros en deuda emitida por una sociedad del Grupo Espírito Santo pese a su delicada situación financiera.

De hecho, esta deuda ya fue asumida como pérdidas por parte de PT por ser "irrecuperable". Mientras que desde Oi aseguraban no haber sido informados de la operación, los responsables de su aliada lusa negaron ese extremo.

La compra de deuda levantaba sospechas no sólo por la dificultad para recuperar la inversión, sino también por la condición de accionista del Grupo Espírito Santo en la operadora lusa a través del banco del mismo nombre (BES) y por la presencia de la propia PT en el accionariado de esa entidad financiera.

Todo ello desembocó en la negociación de un nuevo acuerdo entre Oi y PT firmado en septiembre, en el que se rebajó la participación en poder de la operadora lusa del 38 % original hasta el 25,6 %.

En Bolsa, los títulos de PT sufrieron caídas superiores al 7 % a lo largo de la jornada de hoy, en línea con lo sucedido en los últimos meses, ya que sus acciones valen ahora menos de la mitad que a principios de 2014.

La relación de la operadora lusa con Brasil comenzó en 1998, cuando apenas se vislumbraba todo el potencial económico del país.

Cinco años más tarde, en 2003, creó junto a la española Telefónica Móviles la marca Vivo, que se convirtió en el principal operador móvil brasileño.

La venta de su participación en Vivo a Telefónica -tras una larga pugna- reportó 7.500 millones de euros a las arcas de PT, que decidió inmediatamente dirigir algo menos de la mitad (3.600 millones) a la compra del 23 % de Oi.

Esta operación se completó en 2010 con el propósito de mantener su presencia en el país, una alianza que derivó tres años más tarde en una fusión que ahora corre peligro de muerte y amenaza con dejar a PT en otras manos.

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