"La economía no tiene nada que ganar a estas alturas con una rebaja de tipos"

    • Los expertos coinciden en que el efecto económico de una nueva rebaja de tipos sería ya muy limitado.
    • Acelerar la Unión Bancaria y los test de estrés a la banca deberían ser las prioridades de Frankfurt.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (i), y el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, conversan durante una reunión de ministros de Finanzas de la UE en Bruselas.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (i), y el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, conversan durante una reunión de ministros de Finanzas de la UE en Bruselas.

Cuando uno le coge afición a eso de poner el dinero barato para activar la economía corre el riesgo de que ese dinero acabe perdiendo finalmente su valor. Si un agente económico sabe positivamente que el dinero que posee no se va a abaratar más tenderá a conservarlo a la espera de que aumente su poder compra. No lo utilizará, no generará actividad económica y, por el camino, desactivará toda opción de utilizar la política monetaria para mejorar la situación.

El fenómeno ha sido identificado por la teoría económica como 'la trampa de la liquidez' y define una situación en la que la política monetaria ya no tiene ningún recorrido para producir efectos económicos.

Según el catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, Joaquín Maudos, el BCE está a un paso de traspasar el umbral en el que cualquier decisión de política monetaria que adopte tendrá un efecto absolutamente inocuo.

"Los tipos de interés están ya en un nivel muy reducido del 0,25%, la economía no tiene nada que ganar con una nueva rebaja de tipos", asegura, escéptico ante los eventuales efectos de una nueva rebaja de tipos por parte del BCE.

María Jesús Fernández, investigadora de Funcas es de la misma opinión. "Los tipos deberían haber bajado cuando empezó la crisis. Entonces hubiera sido una medida muy positiva, pero ahora, con todos los indicadores apuntando a una recuperación, incluso podría generar algún problema".

Fernández va más allá en la crítica y acusa al BCE de moverse espasmódicamente al compás que marcan las fluctuaciones de la inflación, incluso cuando éstas no son de fondo.

"Al principio de la crisis, cuando lo que se imponía era una rebaja de tipos, un repunte coyuntural de los precios energéticos llevó a Trichet a subir los tipos de interés, algo totalmente incomprensible. Ahora que la economía se encamina a la recuperación, los baja porque hay una moderación puntual de la inflación...", recalca.

El asunto es que el BCE no cree que sea coyuntural. Y no sólo el BCE. El Servicio de Análisis de Barclays entiende que la inflación, o la ausencia de ella, más bien, puede terminar convirtiéndose en un grave problema económico para la Eurozona.

Admite que el riesgo de una deflación en la zona euro es ahora bastante reducido (alrededor de un 10%), pero subraya que el riesgo de que la zona euro se tire cinco años con inflaciones de menos del 1% es muy elevado y que podría perjudicar particularmente a los países más endeudados entre los que está España.

"No veo ningún riesgo de que eso ocurra", subraya María Jesús Fernández.

Para Rafael Alonso, analista de Bankinter, será difícil evitar una intervención en ese sentido del BCE a poco que se materialize alguno de los riesgos a los que el BCE está más vigilante: un endurecimiento de los tipos de interés a menos de tres años o un deterioro de la debilidad de la inflación.Garantizar el crédito

El punto clave, coinciden Maudos y Fernández, es conseguir que el crédito fluya hacia la economía real.

¿Cómo?, es la pregunta. "Las medidas convencionales se han relevado ineficaces, es necesario poner en marcha medidas no convencionales", señala el investigador de IVIE, que entre éstas se muestra partidario de que el BCE acepte como garantía de financiación títulos de deuda de pequeñas y medianas empresas para garantizar a éstas un cauce de liquidez.

¿Las inyecciones de liquidez vía LTRO? "Ya se ha demostrado en el pasado que su traslación a la economía real ha sido mínima", cuestiona María Jesús Fernández.

Entre noviembre de 2011 y febrero de 2012, el BCE abrió dos canales de financiación barata (al 1%) para entidades financieras con el objetivo de compensar el bloqueo del mercado interbancario. Los bancos recibieron la financiación y la utilizaron, pero no para dar créditos a particulares y empresas, sino para comprar títulos de deuda pública y apuntalar sus balances con los beneficios obtenidos con estas maniobras.

"Mientras no se realicen los exámenes a la banca y se consiga mejorar la confianza en el sistema financiero las medidas no serán eficaces para que el crédito vuelva a la economía", concluye la investigadora de Funcas.

"La gran apuesta debe ser la Unión Bancaria", opina Maudos. "El proceso va muy lento y está consolidando la segmentación del mercado bancario europeo. Resolver ese problema es la clave para que el sistema bancario europeo funcione".

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