La moneda brasileña cotiza al alza en su vigésimo aniversario

  • Las autoridades de Brasil han adoptado diferentes medidas en las últimas semanas para favorecer la apreciación del real, que mañana cumple veinte años, ante la llegada de visitantes extranjeros durante el Mundial de fútbol y el aumento de la presión inflacionista.

José Antonio Bautista

Río de Janeiro, 30 jun.- Las autoridades de Brasil han adoptado diferentes medidas en las últimas semanas para favorecer la apreciación del real, que mañana cumple veinte años, ante la llegada de visitantes extranjeros durante el Mundial de fútbol y el aumento de la presión inflacionista.

Las intervenciones en el mercado cambiario brasileño comandadas por el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, buscan aprovechar la afluencia de extranjeros para captar divisas durante el Mundial y, sobre todo, contener la inflación.

Ello debido a que el índice de precios acumuló en los doce últimos meses hasta mayo un 6,37 % y se aproximó al techo máximo planteado por el Gobierno de Dilma Rousseff, que es el 6,5 %.

El Gobierno teme que una depreciación del real encarezca las importaciones y que los productos procedentes del exterior, principalmente bienes de capital, terminen presionando aún más la inflación.

Por ello, a principios de junio el Banco Central extendió su programa de intervención cambiaria por valor de 60.000 millones de dólares. La medida más importante de este programa consiste en la venta de permutas cambiarias (swaps o contratos de recompra en el futuro) con vencimiento en diciembre de este año.

El pasado 16 de junio, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, quien fue el primero en denunciar el estallido de la "guerra de divisas" en 2010, anunció una serie de nuevas medidas para estimular el mercado de capitales brasileño.

Uno de los puntos más destacados en ese conjunto de medidas es la supresión del impuesto de renta sobre el beneficio obtenido a partir de acciones en empresas medianas.

La pérdida de valor sufrida por el real frente al dólar desde mayo de 2009, cuando el cambio fue afectado por la crisis internacional y varios países devaluaron sus monedas para intentar mantener sus exportaciones, llegó a su fin en 2014.

En lo que va de año, la moneda brasileña se ha apreciado un 5,5 % frente a la divisa estadounidense, registrando la mayor subida del año entre las 31 grandes monedas del mercado mundial de divisas, de acuerdo con los datos estadísticos del Banco Central de Brasil.

La cotización del real frente al euro y la libra esterlina también evoluciona en esta dirección. Entre el 1 de febrero y el 30 de junio, el valor de la divisa brasileña frente a sus pares europeo y británico ascendió 7,1 % y 4,4 % respectivamente, de acuerdo con los datos suministrados por el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra.

El tipo de cambio comercial del dólar se situó hoy en 2,19 reales, mientras que el euro se situó en 3,01 reales. En enero de este año estos tipos de cambio llegaron a alcanzar los 2,43 reales por dólar y 3,33 reales por euro.

"Estoy sorprendido con los precios, pensé que visitar Brasil sería barato", comentaba el pasado viernes Abdel, argelino residente en Francia de vacaciones en Río de Janeiro. El Ministerio de Turismo brasileño calcula que 600.000 extranjeros visitarán el país durante el Mundial de fútbol y que el gasto medio por turista se situará en torno a 5.500 reales (unos 2.488 dólares al cambio de hoy).

Según un informe publicado la semana pasada por la bolsa de Sao Paulo, principal mercado de valores de América Latina, en la primera semana de mayo los inversores institucionales extranjeros colocaron 29.000 millones de dólares en el mercado de futuros pugnando por la devaluación del real.

Los esfuerzos del Gobierno por impedir fuertes oscilaciones en el mercado cambiario coinciden con la conmemoración, el 1 de julio, de los veinte años de la implantación del Plan Real, el programa de estabilización económica diseñado para controlar la hiperinflación que afectó a la economía brasileña durante la década de 1990.

El programa de estabilización dio vida al real para sustituir al cruceiro, la antigua divisa brasileña.

El aniversario llega cuatro días después de que una encuesta divulgada por la patronal industrial brasileña situara la confianza de los consumidores en su nivel más bajo desde 2005.

Según esta encuesta, la inflación es una de las principales preocupaciones de los brasileños, que en octubre acudirán a unos comicios en los que la presidenta Dilma Rousseff busca la reelección.

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