La nueva frontera del cacao en Brasil está en la Amazonía

  • El estado brasileño de Bahía (este) reina desde hace años como el mayor productor de cacao de Brasil pero viene perdiendo espacio para el estado amazónico de Pará (norte), en donde ya se recoge el 25 % de la cosecha nacional de la famosa fruta, materia prima del chocolate.

Por Denis Kuck

Sao Félix do Xingú (Brasil), 13 ago.- El estado brasileño de Bahía (este) reina desde hace años como el mayor productor de cacao de Brasil pero viene perdiendo espacio para el estado amazónico de Pará (norte), en donde ya se recoge el 25 % de la cosecha nacional de la famosa fruta, materia prima del chocolate.

En este estado de la Amazonía (noroeste y fronterizo con Pará), de donde incluso es originario el cacao, la producción viene creciendo a un ritmo anual del 5 %.

De ojo en esta expansión y ante una creciente demanda global, la multinacional de alimentos Cargill, la organización ambiental The Nature Conservancy (TNC), el Ministerio da Agricultura y una cooperativa local lanzaron el año pasado el proyecto "Cacao más sustentable" en Sao Félix do Xingú, ciudad del estado de Pará que tiene dos veces el tamaño del estado de Río de Janeiro.

Sus objetivos son combatir la deforestación de la Amazonía; mejorar la productividad y aumentar la renta de los cultivadores.

Esas metas son posibles gracias a una característica particular de la especie: el cacao se desarrolla mejor con luz indirecta del sol y por eso necesita crecer rodeado de árboles mayores.

"El proyecto será implementado en 100 propiedades de la región. La expectativa es que cada hectárea trabajada pueda rendir hasta una tonelada de cacao por año", según el gerente de responsabilidad corporativa de Cargill, Yuri Feres.

"Para estos productores las ganancias con el cacao pueden ser mayores que con la cría de ganado, lo que convierte al producto en una buena alternativa de renta y de recuperación de áreas degradadas", agrega Feres en declaraciones a Efe.

Los agricultores, que forman parte del proyecto, tienen como condición inscribir sus propiedades en el Catastro Ambiental Rural (CAR), una herramienta del gobierno brasileño que usa imágenes de satélite para identificar propiedades que tienen que reforestar para adecuarse al nuevo Código Forestal.

"El proyecto incentiva a los productores a recuperar áreas desforestadas o improductivas mediante la plantación de cacao, que puede ser hecha con el auxilio de árboles nativos para generar la sombra necesaria pera el buen desarrollo del cultivo", asegura Fabio Pereira, gerente de adecuación ambiental de la TNC en Pará.

El proyecto también difunde técnicas de gestión para la mejoría de la productividad y la corrección de los errores frecuentemente empleados en el cultivo del cacao.

Un factor fundamental para el éxito de la iniciativa es el apoyo de la Comisión Ejecutiva del Plan de Cultivo de Cacao (Ceplac), un órgano técnico del Ministerio de Agricultura que desarrolla semillas de cacao resistentes a plagas.

Las variedades son distribuidas entre los productores que forman parte del proyecto con el objetivo de evitar que las plagas puedan amenazar a los productores, como ocurrió en Bahía con la llamada "escoba de bruja", causada por el hongo Moniliophthora perniciosa.

El resultado de todo este esfuerzo es un cacao de calidad y de alto contenido de grasa, que lo hace ideal para el chocolate.

A diferencia de Bahía, en donde la producción ya no tiene hacia dónde crecer, en Pará hay mucha tierra y suelos ricos para plantar.

"El apoyo técnico del proyecto me ayudó a tener otra visión y más conocimientos. Llegué a Pará en 1986 buscando tierras y escogí el cacao ya que, desde esa época, se percibía que la deforestación provocaba un gran desastre y que, si continuase, podía mudar toda la región", según el pequeño productor Raimundo Freires Barbosa.

El presidente de la Cooperativa Alternativa de Pequeños Productores Rurales y Urbanos de Sao Féliz do Xingú (Cappru), Ilson Martins, recuerda que cuando comenzó a trabajar en la región, a inicios de la década de 1990, había una producción incipiente de cacao que no era comercializada.

"Nadie creía en el potencial del cacao y era difícil conseguir financiación. Hoy la situación cambió. Casi el 30 % de la producción de Sao Félix es cacao. El año pasado la cosecha fue de 1.600 toneladas y en una década podemos llegar a 5.000", dijo Martins.

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