La bolsa española ha conseguido recuperar gran parte del terreno perdido en la recta final de la sesión, aunque eso no ha impedido despedir la primera jornada de agosto con una caída del 0,27%, en los 6.720 puntos.
A cambio, la diferencia entre el bono español a diez años y el alemán ha mejorado un poco y la prima de riesgo ha concluido en los 536 puntos, diez menos que ayer.
Este cierre dispar -renta variable en rojo y renta fija en verde- está en línea con las dudas que volvieron a surgir ayer, ante la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) no salga al rescate de la deuda española.
"Todo el mundo está temeroso ante lo que pueda pasar", señala Javier Casal, subdirector de la mesa de deuda pública de Ahorro Corporación.
De hecho, la cita clave de este mes será la reunión que mantendrá el organismo dirigido por Mario Draghi, en la que los inversores esperan que despeje de una vez por todas las incertidumbres aclarando algún tipo de acción.
Ni siquiera la noticia de que S&P ha decidido mantener inalterable el rating de España ha sido revulsivo para el mercado español, cuya caída podría responder a una recogida de beneficios, sumada a un ataque de cautela a la espera de ver qué decisión toma mañana Draghi, según Nuria Álvarez, de Renta 4.
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