Lisboa, 4 jun.- La Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional se mostraron satisfechos por los progresos realizados por Portugal en su programa de reformas, aunque pidieron más medidas encaminadas a mejorar la flexibilidad laboral.
En una declaración escrita conjunta, la troika -como se conoce a los tres organismos internacionales- consideró que el país "continúa por el buen camino", pese a que todavía existen "algunos desafíos" y áreas en las que cree necesario profundizar.
"La cuarta evaluación trimestral confirma que se están logrando avances significativos (...) Si las autoridades lusas continúan implementando el programa con rigor, los países miembros de la zona euro ya confirmaron que están dispuestos a apoyar a Portugal hasta que el país pueda regresar a los mercados", concluyó la troika.
Analistas, expertos y agencias de calificación mantienen sus dudas sobre las posibilidades del país de volver a emitir deuda a largo plazo -es decir, con vencimiento superior a dos años- en el segundo semestre de 2013, tal y como está previsto.
El Gobierno luso, a través de su ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, volvió a insistir hoy en que no puede garantizar que sea posible financiarse a través de estas subastas en la fecha estimada debido sobre todo a la incertidumbre externa, pero recordó el compromiso de la UE, el BCE y el FMI en seguir apoyándole siempre que cumpla a rajatabla sus compromisos.
Del lado positivo, la troika resaltó que la recesión prevista para Portugal en 2012 podrá ser ligeramente inferior a las expectativas, con una caída del PIB que rondará el 3 por ciento.
Asimismo, señaló que "el ambicioso objetivo de reducir el déficit público hasta el 4,5 por ciento del PIB es factible" pese a "la persistencia de tensiones en la zona euro, que representan un riesgo".
Sin embargo, en opinión de los organismos internacionales, "es necesaria una mayor determinación para concretar reformas que puedan afectar intereses sensibles desde el punto de vista político y económico", así como "tomar medidas políticas decisivas" para frenar el desempleo, que cerrará el año en torno al 16 por ciento, un máximo histórico.
En este sentido, achacaron la "exacerbada" subida del paro -en 2011 se situó de media en el 12,7 por ciento- a "la antigua rigidez del mercado laboral portugués", y se mostraron convencidos de que la reciente aprobación de la revisión del Código de Trabajo debería "atenuar la pérdida de empleos".
Aun así, la troika consideró que es "necesario tomar urgentemente más medidas para mejorar el funcionamiento del mercado laboral", dirigidas a facilitar a las empresas "más flexibilidad para ajustar los costes de trabajo a la productividad".
La idea de rebajar la llamada "tasa social única" -la contribución mensual que pagan las empresas lusas a la Seguridad Social por sus trabajadores- para frenar las elevadas tasas de paro entre los jóvenes (cerca ya del 36 por ciento), planteada la semana pasada por el ministro de Economía, fue saludada con "satisfacción" por las entidades prestatarias del rescate a Portugal.
"La excepcionalmente alta tasa de desempleo, sobretodo entre los jóvenes, exige una intervención más inmediata y que integre políticas activas", subrayaron.
La troika avanzó también que debido a las incertidumbres y los riesgos que afronta Portugal continuará acompañando "rigurosamente" el programa de reformas de Portugal para "detectar a tiempo eventuales desvíos".
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