La vivienda será un mal negocio durante los próximos 40 años

  • La falta de natalidad, además de golpear severamente a las pensiones, amenaza también al sector inmobiliario, porque tendrá una menor base de compradores. España es el segundo país del mundo más afectado, según un informe del Banco de Pagos Internacionales.
Ruth Ugalde

Un principio básico de la Economía es que los precios se forman por la relación entre la oferta y la demanda. Así, cuando hay mucha más oferta que demanda, los precios se desploman, y eso puede ocurrir en nuestro sector inmobiliario.

La caída de la natalidad amenaza con llevarse por delante el atractivo que había tenido hasta ahora invertir en vivienda. Al menos, eso advierte un informe del Banco de Pagos Internacionales (BIS), que pronostica una caída del 75% en el valor de inmuebles en España por este factor.

No obstante, el estudio también apunta que este impacto no tiene por qué trasladarse en su totalidad al precio de mercado, ya que éste dependerá de otros mucho factores.

Por ejemplo, los cambios de estilo de vida y de los modelos de familia -monoparentales, divorciados...- han reducido considerablemente el tamaño de las viviendas, encareciendo el precio medio por metro cuadrado.

También está por ver qué papel juega la tecnología en este negocio, porque la posibilidad de trabajar a distancia podría presionar los precios al alza en unos mercados, en detrimento de otros.

Sin embargo, como norma general, el BIS advierte que el envejecimiento de la población va a afectar negativamente a la vivienda, sobre todo en la Europa continental, con España y Portugal a la cabeza, ya que estos dos países sufrirán un impacto negativo próximo al 2% anual durante los próximo 40 años.

Para comprender cómo la falta de natalidad y el aumento de la esperanza de vida puede afectar a la demanda de viviendas basta recordar los siguientes datos: en 2050, el número de pensiones españoles pasará de 5 a 12 millones, y su peso sobre el PIB será del 11,3%, frente al 5% actual.

Además, la inmigración dejará de ser el salvavidas de la natalidad, y de gran parte del negocio inmobiliario, a partir de 2020, fecha en la que se prevé que su efecto rejuvenecedor de la población española deje de ser efectivo.

Estas negativas perspectivas se unen a las más inmediatas, fruto de la burbuja inmobiliaria, que pronostican una drástica caída de precios en los próximos meses.

BBVA advierte que al recorte del 15% que acumula el precio de la vivienda en España desde los máximos de 2008 todavía puede sumarse otro ajuste del 24% durante el próximo año y medio.

Suma y sigue, porque la construcción de viviendas caerá un 24,5% este año, un 16,8% el próximo y un 6,1% en 2012, según el servicios de estudios del banco azul, todo un ejemplo de que los profesionales del sector inmobiliario consideran que, durante los próximos años, éste será un mal negocio. Y si la natalidad no dice lo contrario, también durante las siguientes cuatro décadas.

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