Larga vida al ladrillo en Brasil

  • Mientras España sufre las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, la inversión en el ladrillo está disparada en Brasil. El alto crecimiento económico y la clase media floreciente son dos razones más que suficientes para que muchos constructores nacionales y extranjeros, hayan puesto sus ojos en las ciudades brasileñas más importantes.
El alto crecimiento económico y la clase media floreciente son dos razones más que suficientes para que muchos constructores hayan puesto sus ojos en las ciudades brasileñas más importantes.
El alto crecimiento económico y la clase media floreciente son dos razones más que suficientes para que muchos constructores hayan puesto sus ojos en las ciudades brasileñas más importantes.
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Erik German | GlobalPost

(Río de Janeiro, Brasil). Cuando hace dos años las cosas se complicaron en su país, el inversor inmobiliario londinense Ruban Selvanayagam hizo las maletas y se fue a Brasil. Las magníficas playas tropicales y la samba no eran lo único que le seducía.

"El mercado de la vivienda está en pleno boom aquí", asegura Selvanayagam, de 31 años, que ahora dirige un negocio de inversión inmobiliaria con oficinas en Río de Janeiro y Londres. "Los precios se han puesto por las nubes".

La economía en Brasil está creciendo de manera acelerada. Una clase media floreciente se muestra impaciente por comprar casas, y los bancos están concediendo hipotecas a un ritmo sin precedentes. Mientras los mercados inmobiliarios en EEUU y Europa están sufriendo uno de los peores momentos de la historia, algunos expertos recuerdan que países emergentes como Brasil están viviendo tiempos de bonanza para el ladrillo.

Y es que países como Brasil tienen una ventaja: no les han afectado las consecuencias de las hipotecas basura que dejaron a EEUU lleno de deuda tóxica y embargos. "Tienen sus cuentas más saneadas que muchos países occidentales", asegura David Lynn, un inversor inmobiliario de Nueva York especializado en mercados emergentes. "Se tomaron la medicina, y creo que les ha estado reportando beneficios".

Lynn dice que los lugares más obvios para comprar propiedades son los gigantes emergentes que ya son imanes de divisa extranjera: China, Brasil e India. Según el Banco Mundial, estos países son respectivamente la tercera, octava y onceava economía mundial. Comprar bienes inmuebles allí tiende a ser una buena apuesta, indica Lynn, porque estos tres gigantes están creciendo de manera más firme que EEUU y no tienen visos de frenar a corto plazo.

"La construcción es un negocio muy simple. Si la economía crece, el mercado inmobiliario sale beneficiado", apunta.

Pero también hay una constelación de países menos obvios para este tipo de inversiones que los compradores experimentados deberían tener en cuenta, como Turquía, Tailandia, Vietnam e incluso, pese a la creciente violencia vinculada a la droga, México.

"Hay toda una serie de países en segunda fila que yo aconsejaría tener en cuenta o usaría para hacer inversiones selectivas", asegura Lynn. "Les están ocurriendo muchas cosas buenas. Hay riesgo, pero es ajustado. El inversor recibe una rentabilidad muy alta por ese riesgo que asume, y puede resultar algo realmente beneficioso, especialmente cuando otros inversores parecen asustados".

No obstante, hay límites. Rusia por ejemplo no aparece en la lista de Lynn. "No quiero asumir esos riesgos, el riesgo político y el de la seguridad personal. Y además, no es un mercado en crecimiento", explica.

El mercado inmobiliario de Brasil, en cambio, está creciendo rápidamente. En los últimos ocho años más de 20 millones de brasileños han salido de la pobreza y se han incorporado a un mercado que, según cálculos de Lynn, tiene unos 6 millones menos de viviendas de lo que necesita.

La Caixa Economica Federal brasileña ha anunciado que este año espera que la concesión de hipotecas alcance los 42.000 millones de dólares, muy por encima de los 28.000 millones de dólares del 2009.

Ese aumento puede ser tan sólo el comienzo. A finales de 2008 la concesión de hipotecas tan solo representaba el 3 por ciento del PIB de Brasil, mientras que en Gran Bretaña y EEUU supone más del 84 por ciento.

El efecto del aumento de la demanda se puede ver por todo Río de Janeiro, explica Fabricio Negri, un agente inmobiliario independiente.

"En algunos barrios de Río se han duplicado los precios. El mercado se está poniendo realmente loco", admite.

Negri asegura que el cambio en los últimos cinco años es más que palpable. Cuando antes sólo aparecían un puñado de personas para ver una casa, ahora acuden más de 20 y más de la mitad de ellos hacen ofertas firmes.

"El cambio ha sido radical", admite Negri, quien añade que el mercado del alquiler está viviendo un despegue similar. "Hay algunas partes de la ciudad en donde no hay que poner ni siquiera un anuncio, porque con tan solo un par de llamadas ya se consigue una persona que quiera alquilar una vivienda allí".

Todo esto hace que Selvanayagam crea que su decisión de cambiar Londres por Rio fue acertada. "La gente dice que Brasil es como EEUU en la década de 1950. Hay un enorme margen para crecer en los próximos años, porque el mercado inmobiliario tiene un enorme potencial que todavía no se ha destapado", afirma.

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