Las "Aerolíneas Palestinas" despegan de nuevo tras siete años en tierra

  • "Al Jutut al Falestiniya", la humilde aerolínea nacional palestina, ha retomado la actividad tras siete años en tierra con vuelos entre Jordania y Egipto, en un pequeño pero simbólico paso hacia su futuro Estado y espacio aéreo propio.

Nuha Musleh

Ramala, 8 jun.- "Al Jutut al Falestiniya", la humilde aerolínea nacional palestina, ha retomado la actividad tras siete años en tierra con vuelos entre Jordania y Egipto, en un pequeño pero simbólico paso hacia su futuro Estado y espacio aéreo propio.

"Teníamos que aportar una solución creativa al actual parón político y económico", explica en su despacho de Ramala el director de la compañía, el capitán Zeyad al Bada.

La nueva ruta conectará dos veces por semana la ciudad egipcia de El Arish, situada a 60 kilómetros de Gaza en la península del Sinaí, y el pequeño aeropuerto de Marka, en Ammán. Hay planes de incrementar la frecuencia a cinco semanales.

"Aunque de momento son vuelos entre aeropuertos de países árabes, es un paso en nuestros esfuerzos por la soberanía", reconoce.

Creada en 1995, al calor de una ola de optimismo por los Acuerdos de Oslo de 1993 de la que no queda casi ni el recuerdo, "Al Falestiniya" es más un símbolo para un pueblo sin Estado que una aerolínea con estándares internacionales.

Apenas tiene dos avionetas Fokker 50 de 48 plazas, fabricadas por la europea Airbus y donadas por Holanda a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y otras dos que alquila.

Su mala situación económica le obligó en el pasado a vender un Boeing 727, con capacidad para 158 pasajeros, que le había cedido Arabia Saudí.

La aerolínea, propiedad íntegra de la ANP, tampoco puede operar en su ocupado territorio, ya que Israel lo impide desde el estallido de la Segunda Intifada en 2000.

Un año más tarde, cazabombarderos israelíes destruyeron el aeropuerto Yaser Arafat de Gaza, construido en parte con financiación española e inaugurado en 1998 en presencia del entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

"Aerolíneas Palestinas" movió entonces su modesta flota a El Arish y en 2005 acabó cancelando definitivamente su servicio por dificultades económicas.

Hace cinco meses, Jordania se convirtió en la nueva base de los inactivos aviones, a causa de la inestabilidad de Egipto.

Atrás quedaban los contados años dorados (1998-2000) en que transportaban decenas de miles de pasajeros a diversos países árabes y hasta soñaban con expandir sus operaciones a Europa.

"Nuestro objetivo inicial no es tener beneficios. Lo que queremos es estar en el mapa de las aerolíneas del mundo, como un manifiesto de nuestra soberanía", señala Al Bada, al frente desde 2009 de un equipo de un centenar de pilotos, ingenieros, azafatas y personal técnico.

La compañía paga 1.700 dólares (1.360 euros) por aterrizar en El Arish, otros 500 (400 euros) por despegar de Marka y cobra a los pasajeros 220 dólares (176 euros) por un vuelo de ida y vuelta.

"Puede que los ingresos no cubran los costes corrientes de la empresa, pero seguiremos trabajando porque mantenerla operativa no sólo es importante por los beneficios, sino para mostrar al mundo que los palestinos merecen un Estado independiente", agrega.

El acuerdo con Egipto y Jordania restringe la clientela a los palestinos.

La nueva conexión "facilitará los viajes de los palestinos a Gaza, que no tendrán que conducir 500 kilómetros hasta El Cairo", señala el director.

La separación territorial entre Gaza y Cisjordania (con Israel en medio) y el incumplimiento israelí de su compromiso de permitir el movimiento entre ambos, recogida en los Acuerdos de Oslo, obliga a los escasos palestinos que viajan a la franja a volar y recorrer luego cientos de kilómetros por carretera para cubrir un trayecto que apenas supondría unas horas en coche o autobús.

Por ejemplo, ir de Ramala a Gaza, separadas por poco más de 150 kilómetros, supone cruzar el paso de Allenby para llegar a Ammán, volar desde allí a El Cairo y pasar ocho horas en la carretera hasta el cruce fronterizo con Gaza de Rafah, la única salida palestina al mundo que no controla Israel.

Al Bada estuvo recientemente en Arabia Saudí para estudiar la posibilidad de operar vuelos de peregrinaje a La Meca y ha contactado también con las autoridades de Emiratos Árabes Unidos para abrir una nueva ruta.

Todo ello pensando más en la causa que en el dinero porque, como resume su director, "al fin y al cabo Aerolíneas Palestinas es el embajador de Palestina en los cielos del mundo".

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