China es un motor clave del crecimiento mundial. La desaceleración del crecimiento chino ha generado temor en las plazas financieras internacionales y perjudica a las finanzas de los países productores de materias primas, para los que el gigante asiático es un cliente esencial.
Las importaciones chinas, calculadas en dólares, retrocedieron en octubre un 18,8% respecto al mismo mes del año anterior, a 130.774 millones de dólares. Se trata del duodécimo mes consecutivo de bajada y tras una caída del 20,4% en septiembre.
Como ocurre desde julio, las exportaciones retrocedieron también un 6,9% interanual en octubre, a 192.414 millones de dólares, en una contexto de debilidad de la demanda internacional, anunciaron las aduanas chinas.
Esta caída es superior al 3,2% pronosticado por los analistas consultados por la agencia Bloomberg News.
Desde hace meses, las aduanas chinas anuncian primero las cifras del comercio exterior calculadas en yuanes, antes de publicar un poco más tarde las cifras en dólares.
El excedente comercial se apreció, a 61.640 millones de dólares, impulsado por la bajada continua de las importaciones. Este hecho deja entrever que China tiene dificultades para impulsar la demanda interior.
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