Las medidas de ajuste, la reforma laboral y la transparencia de la banca "normalizaron" el acceso al crédito internacional


Desde julio, tras las medidas de política económica adoptadas por el Gobierno español y la publicación de los resultados de las pruebas de resistencia realizadas a las entidades de crédito, se han reducido "considerablemente" la volatilidad y las primas de riesgo exigidas a los emisores residentes en España. Igualmente, el acceso a la financiación internacional ha tendido a normalizarse, según datos del Banco de España.
Según consta en el último Boletín del Banco de España, en la primera mitad del año 2010, en particular desde finales de abril, los mercados financieros se vieron muy afectados por la crisis de la deuda soberana desencadenada en algunas
economías de la zona del euro.
Las tensiones se propagaron desde los mercados de deuda soberana hacia los mercados bursátiles y de financiación mayorista del sistema bancario, donde se generó un problema severo de falta de liquidez, que también afectó a las transacciones financieras frente al resto del mundo de las entidades españolas.
Estas tensiones, añade el Banco de España, tendieron a amortiguarse a partir del mes de julio, en respuesta a la adopción de importantes medidas de política económica en los ámbitos fiscal, laboral y financiero.
En el ámbito presupuestario, el Gobierno español aprobó el 20 de mayo un conjunto de medidas que adelantaba una parte significativa del esfuerzo presupuestario previsto e incorporaba actuaciones adicionales de recorte del gasto público. Estas medidas serían validadas posteriormente por el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2011.
Asimismo, en el ámbito del mercado laboral, el Gobierno instrumentó una reforma "dirigida a incentivar la contratación indefinida y a incrementar la flexibilidad interna de las empresas".
El último de los factores que incluye el Banco de España como causa de esta "normalización" del acceso al crédito internacional es la publicación de las pruebas de resistencia de las entidades de crédito españolas, de forma coordinada con el resto de países de la UE, a finales de julio.
A su juicio, constituyó un ejercicio de transparencia que permitió romper el círculo vicioso de expectativas negativas, facilitando una mejor comprensión del conjunto de medidas adoptadas.
"Estos buenos resultados, junto con la reacción de las autoridades españolas en otros ámbitos de la política económica, permitieron que las condiciones de acceso de los emisores españoles a la financiación internacional tendieran a normalizarse", señala el organismo que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
El documento señala que, en el primer semestre de 2010, se interrumpió la senda creciente de la posición deudora neta que España mantiene frente al resto del mundo, debido al impacto sobre el valor de los activos y pasivos exteriores del cambio en los precios (el llamado "efecto de valoración"), ya que la economía española continuó presentando necesidad de financiación en dicho período, aunque dentro de la trayectoria decreciente de los últimos años.
El efecto de valoración fue significativo en el caso de la inversión de cartera y, en particular, en la renta variable, contribuyendo a reducir el saldo deudor que España mantiene frente al exterior.
En la primera mitad de 2010 la posición deudora neta frente al exterior de las administraciones públicas se mantuvo prácticamente estable, mientras que se redujo sensiblemente la del sector privado y se tornó negativa la posición neta del Banco de España.

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