Levantan huelga en frontera Perú-Brasil que afectaba turismo y comercio

  • Pobladores de la región amazónica Madre de Dios, en Perú, levantaron este jueves la huelga indefinida que mantenían desde hacía once días en protesta por leyes que combaten la tala y la minería ilegal, informaron los organizadores

"Se acuerda el levantamientos del paro regional indefinido iniciado el 23 de noviembre", indica el comunicado de la Alianza de Federaciones de Madre Dios, que agrupa a las organizaciones sociales y sindicales que realizaron las protestas.

El texto sostiene que los gremios reunidos en la municipalidad de Tambopata decidieron levantar la medida luego que el gobierno emitiera este jueves una resolución oficializando la creación de una mesa de diálogo para el desarrollo sostenible de la región Madre de Dios (selva sur).

La mesa de diálogo se instalará en diez días. El grupo de trabajo tendrá por objetivo coordinar la promoción del desarrollo de las actividades económicas, de salud y de educación, dijo a la prensa José Ávila, representante de la presidencia del Consejo de Ministros.

El grupo también propondrá medidas para el abastecimiento y el control adecuados de combustible, fortaleciendo la lucha contra la minería y tala ilegales

Los pobladores mantenían bloqueada desde hacía once días la carretera Interoceánica que conecta Perú y Brasil, provocando pérdidas económicas y de turismo en la región.

El paro era liderado por el gobernador de la región Madre de Dios, Luis Otsuka, con apoyo de federaciones madereras, mineras y nativas. Exigen la derogación de dos leyes que regulan la tala ilegal y la reducción de la cuota de insumos que llegan a la zona, como el combustible, y que son utilizados por la minería ilegal y el narcotráfico.

Para los manifestantes, estas normas dificultan el desarrollo de la región, donde la industria maderera es clave, y aseguran que elementos como el combustible son necesarios incluso para el turismo.

En Madre de Dios, fronteriza con la región brasileña de Acre, la minería ilegal ha deforestado casi 60.000 hectáreas de selva, según las autoridades peruanas, que este año recrudecieron su lucha contra campamentos ilegales de extracción de minerales.

La actividad, además, es fuente de conflicto. Hace una semana un dirigente maderero de la zona que denunció la minería ilegal fue ultimado a tiros, mientras que el año pasado cuatro líderes indígenas defensores de los recursos naturales también fueron asesinados.

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