Lluvias torrenciales y más incendios, principales consecuencias del deshielo del Ártico en España

    • Según Greenpeace, los fenómenos meteorológicos extremos podrían pasar a ser un patrón común en nuestros mapas del tiempo si no se pone freno al deshielo del Ártico.
    • Se producirá un mayor riesgo de incendios en un futuro debido a que las temperaturas máximas subirían entre 5 y 8º C y las precipitaciones y la humedad disminuirían en la zona mediterránea.

Una ciclogénesis explosiva trae al norte de España fuertes vientos y lluvias
Una ciclogénesis explosiva trae al norte de España fuertes vientos y lluvias

Vientos huracanados, lluvia torrenciales y olas de calor. Estos fenómenos meteorológicos podrían pasar a ser un patrón común en nuestros mapas del tiempo si no se pone freno al deshielo del ártico, según ha alertado Greenpeace hoy en su último informe sobre las consecuencias del deshielo del Ártico en España.

La organización muestra en su informe que se puede producir un aumento en los fenómenos extremos tanto en periodos secos como en aquellos más asociados a la precipitación. Según señala esta investigación, un estudio en 2012 ya vinculó el calentamiento del Ártico con este tipo de consecuencias climatológicas en las latitudes medias del planeta.

Estos fenómenos climáticos alertan, además, de un mayor riesgo de incendios en un futuro debido a que las temperaturas máximas subirían entre 5 y 8º C a lo largo de este siglo y las precipitaciones y la humedad disminuirían en la zona mediterránea.

En concretó, la tendencia actual el área de superficie quemada será en 2100 entre 3 y 5 veces superior a la actual. Este aumento se centraría, sobre todo, en el área de la zona pirenaica.

En nuestro país, algunos de los incendios más graves se han producido en días que han coincidió con olas de calor. Así, los ocurridos en 2012 en las localidades valencianas de Andilla y Corté de Pallás, y que en total sumaron 49.000 hectáreas, tuvieron lugar en días que alcanzaron temperaturas superiores a los 40ºC.

Los fenómenos climáticos extremos también irán acompañados de un aumento de plagas y otras enfermedades infecciosas propagadas por mosquitos.

El cambio climático puede provocar escenarios adecuados para la implantación del mosquito de la fiebre amarilla, la extensión del mosquito tigre a zonas situadas más al norte de la península, así como una mayor predisposición a la introducción de la malaria. De hecho, el informe revela que el delta del Ebro presenta características favorables para la reaparición esta enfermedad.

Además, el deshielo incrementará el coste de los países en adaptación de medidas para frenar el incremento del nivel del mar. En España, Holanda, Alemania, Francia, Bélgica y Dinamarca e Italia los costes podrían situarse en 17.000 millones de euros anuales en 2100.Adiós al turismo de invierno

El informe de Grrenpeace prevé, además, efectos negativos para el turismo de nieve antes de 2050 en altitudes bajas o estaciones que no cuenten con máquinas de nieve artificial.

Según alerta este colectivo, en la mayor parte del planeta ya se están produciendo un retroceso en la línea de nieve en las zonas montañosas. Además, según la organización la biodiversidad podría verse dañada en un 60% de las especies vegetales de montaña.

En España, la reducción de los glaciares de la zona pirenaica ha sido del 90% desde comienzos del siglo XX. El 40% de la disminución de la superficie ha tenido lugar durante la última década. De las 3.300 hectáreas que cubrían los Pirineos en 1900, actualmente solo perviven 390. 18 de los 34 glaciares ya han desaparecido; lo que supone según Greenpeace "un paso previo a su definitiva extinción".

La temperatura de estas zonas subirá entre 2,8 y 4 ºC en los Pirineos; mientras que las precipitaciones se reducirán hasta un 14,8% en la zona.

Con todo ello, la cota esquiable sufrirá un ascenso de 1.500 a 2.000 metros, lo que perjudicará a buena parte del turismo alpino, rural y de las estaciones de esquí de nuestra península, provocando en estas últimas incluso su cierre.

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La Organización Internacional del Turismo ya se ha pronunciado sobre estas repercusiones afirmando que el impacto del cambio climático sobre la industria del turismo de nieve es especialmente grave.

En el caso de la zona Mediterránea, se espera que las condiciones climáticas para desarrollar actividades turísticas al aire libre se deterioren en la época estival. Por eso, el turismo podría dejar de interesar a los turistas en nuestro país, quienes empezarían a desplazarse hacia los países situados más al norte en el continente.

En 2010, un informe de la Universidad de Maastricht ya pronosticaba para finales del siglo un deterioro del confort climático durante el verano en más del 30% del territorio de nuestro país. Efectos que alcanzarían no solo la zona sur de la península, sino que incluso podrían darse en Aragón y Cataluña.Graves consecuencias para la calidad de los viñedos

Greenpeace, apoyándose en los datos del IPCC (Panel Intergubernamental de Naciones sobre Cambio Climático), pronostica también en su informe que la reducción en las precipitaciones y el aumento de la frecuencia de fenómenos extremos podrían dar lugar a una disminución de la productividad vinícola en los países del sur de Europa a finales de este siglo.

En concreto el rendimiento podría ser un 25% menor en el año 2080. Lo que implicaría consecuencias para el PIB español que en este caso se vería reducido en un 1%.

A parte del rendimiento en la productividad, la calidad del vino en algunas regiones de España se vería también afectada. El aumento de las temperaturas traería consigo un cambio en la relación entre el azúcar y los ácidos de la uva haciendo, en muchos casos, que se modifique la variedad de la vid.

Pese a que ya se están llevando medidas de adaptación en algunas zonas de España para frenar estos daños, el IPCC advierte que estos costes añadidos encarecerían el precio del vino en nuestro territorio y que muchos consumidores podrían no estar dispuestos a pagar ese "alto precio" en sus vinos.

España es el tercer país en producción y exportación vinícola mundial. Su producción supone el 12% de la elaborada en el conjunto del planeta, según datos de 2012.

La Organización Internacional de la Viña y el Vino (CIV) calculó que en 2012 el 18% de la superficie mundial de viñedos se encontraba en España. En 2013, esta se redujo un 0,2%.

En España, se reducirá la zona potencial de viñedos del sur de España y se desplazará al área norte. Lo que plantea numerosos problemas para las comunidades de nuestro territorio situadas en la parte inferior de la península.

En 2013, Conservation International público un informe en el que determinaba que el 25% de la superficie actual para viñedos no será apta para este cultivo en los países del área mediterránea en 2050.

Sin embargo, otros informes han reflejado la vulnerabilidad de las regiones vinícolas del sur y centro de España. Lo que ha hecho que cada vez más empresas dedicadas a este sector estén planteándose invertir en la compra de viñedos en los países situados más al norte de Europa.

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