López Schlichting: "Un periodista que dice no tener posición alguna, miente"

  • Su voz fue la tarde en COPE durante varias temporadas y desde hace más de tres años Cristina López Schlichting lleva las riendas de las mañanas del fin de semana en esa emisora, donde le encanta contar lo que ve y oye bajo su punto de vista, pues cree que "un periodista que dice no tener posición alguna, miente".

Raquel de Blas

Madrid, 2 feb.- Su voz fue la tarde en COPE durante varias temporadas y desde hace más de tres años Cristina López Schlichting lleva las riendas de las mañanas del fin de semana en esa emisora, donde le encanta contar lo que ve y oye bajo su punto de vista, pues cree que "un periodista que dice no tener posición alguna, miente".

Lo suyo es el reporterismo y, según reconoce en una entrevista con EFE, no hay nada como estar donde se producen las noticias, lo que para ella supone un verdadero privilegio y le hace adorar esta profesión.

López Schlichting (Madrid, 1965) reconoce que el periodismo atraviesa un momento complicado pero a la vez apasionante en el que sitúa a la radio como "medio del futuro", y aconseja a los futuros periodistas "leer, leer y leer" porque está convencida de que más allá de Internet, la cultura se atesora en los libros.

PREGUNTA: Parece que el periodismo atraviesa las horas más bajas de valoración de los españoles. ¿A qué se debe?

RESPUESTA: Coincide con las crisis, creo. Hay problemas graves, de repente sale la basura que antes no nos preocupaba tanto y la gente desconfía. Es normal. Pero sin periodismo no tendríamos defensa.

P: ¿Hay autocrítica en la profesión?

R: Pues, como en todo lo humano, depende de la calidad de las personas. Hay empresarios y periodistas muy conscientes de su responsabilidad social y otros que son sinvergüenzas. En medio, todas las gamas de colores.

P: ¿Qué radiografía hace de la situación actual del periodismo?

R: Es un momento complicado, pero apasionante. Las nuevas comunicaciones han multiplicado los medios de comunicación. La gente oye radio en el teléfono o ve las series en el iPad. Por otro lado, Internet sirve las noticias al instante y multiplica las fuentes. Creo que el futuro profesional es de los gestores de redes de información. Para los profesionales clásicos, las redes sociales constituyen una asombrosa fuente de comunicación con los lectores, oyentes y telespectadores.

P: ¿Hacia dónde van los medios de comunicación?

R: Hacia la información a la carta y en el dispositivo móvil. Y hacia la especialización por sectores y edades.

P: COPE tiene una clara línea editorial, ¿cree que los periodistas deben posicionarse políticamente?

R: No creo compatible el periodismo con militar en ningún partido. Pero un periodista que dice no tener posición alguna, miente. Prefiero que se sepa esa posición que fingir una ecuanimidad que engaña al espectador.

P: ¿Considera que la cultura de la radio se está perdiendo en beneficio de otros medios?

R: Todo lo contrario. Cuando comencé mi carrera, a los 21 años, todo el mundo decía que la radio estaba obsoleta. La prensa escrita era la referencia intelectual y la televisión, el medio de futuro. Salían canales de televisión como champiñones, ahora están cerrando. ¡Actualmente la prensa pasa por muy difíciles momentos, la televisión ha quedado para el entretenimiento y la radio es el medio de futuro! Es sorprendente.

P: ¿En la radio queda algo por inventar?

R: Claro. Lo humano nunca se agota, sobre todo cuando tiene que ver con la inteligencia, el humor y la creatividad. Además está evolucionando hacia la especialización. Las emisoras se multiplican buscando nichos de mercado específicos.

P: ¿Cómo se garantiza la independencia de la información en la radio pública?

R: No se garantiza (risas). Los medios públicos dependen de los gobiernos de turno.

P: ¿La audiencia lo justifica todo?

R: No. Absolutamente no. Allá cada cual con su conciencia, pero el periodismo se debe a la verdad y tiene una responsabilidad cultural. El mal periodismo envilece a las sociedades.

P: ¿En la actualidad la información política se trata de forma rigurosa o se tiende al sensacionalismo?

R: Fundamentalmente se trata de forma rigurosa. Hoy es difícil escamotear nada a los micrófonos. Nunca se ha sabido tanto de tantos.

P: De los personajes a los que ha entrevistado ¿tiene alguna predilección?

R: Prefiero a los artistas, son más sinceros y están cerca de la belleza. Fue un placer charlar con Antonio López, (José) Jiménez Lozano, (Camilo José) Cela o (Francisco) Umbral. Los políticos son áridos para el periodista, te sueltan su rollo y no se dejan interpelar verdaderamente. El político está blindado frente al diálogo. También me encanta la gente de a pie, la gente como yo que protagoniza historias conmovedoras.

P: ¿Se queda con su faceta de periodista o de escritora?

R: Oh, no soy escritora. Aún (risas). Tengo un par de libros de artículos y reportajes, pero no he escrito ficción. En estos momentos estoy con mi primera novela. Estoy orgullosa de ser periodista. Como decía el gran Manuel Leguineche, lo mío es el reporterismo. Me encanta contar lo que veo y oigo en cualquier parte del mundo. No hay nada como estar donde se producen las noticias. Es un verdadero privilegio. Adoro esta profesión.

P: ¿Alguna vez en el trabajo se ha sentido discriminada por ser mujer o ha tenido que trabajar más que un hombre para estar dónde está?

R: Sí. Unas veces más que otras. Pero el machismo está instalado en algunas redacciones. Cuando los hombres no son audaces ni creativos prefieren nombrar hombres para los puestos delicados, les parece más convencional, más seguro.

P: En la profesión, casi con la excepción de las revistas femeninas ¿Por qué a la mujer le cuesta tanto alcanzar puestos de dirección?

R: Los varones que mandan recelan de las mujeres que llegan porque no son como ellos. Prefieren no correr riesgos y tener "machitos" alrededor. Las mujeres los desconcertamos y hacemos que se sientan inseguros.

P: ¿Qué consejos daría a futuros periodistas?

R: Que lean, lean y lean. Más allá de Internet, la cultura se atesora en los libros. Me refiero a un conocimiento profundo de la realidad, a un juicio cultural. De nada sirve saber lo último de Siria, si no se sabe dónde está el país o qué significa en la Historia. También les diría que sólo puede ser periodista el que experimenta curiosidad por todo lo que le rodea. Somos inmensos cotillas, si se me permite la broma.

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