Los ciudadanos creen en la imparcialidad de los empleados de la Agencia Tributaria

    • En plena crisis institucional, un informe de Hacienda subraya la valoración ciudadana de la imparcialidad de los empleados de la Agencia.
    • Los españoles ven a los profesionales de Hacienda como tipos imparciales, bien preparados y correctos en el trato, pero como permeables a los problemas de los contribuyentes.

Imparcialidad. Según la RAE, falta de designio anticipado o de prevención en favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar y proceder con rectitud.

La imparcialidad, un valor que insta a resolver de forma equilibrada y razonada las cuestiones y problemáticas que se plantean por encima de cualquier tipo de presión.

Esa característica es, precisamente, una de las cosas que los ciudadanos mejor valoran de las actuaciones de los profesionales de la Agencia Tributaria, según el Barómetro Fiscal publicado recientemente por el Instituto de Estudios Fiscales.

Un valor que últimamente ha sido objeto de debate a cuenta del rosario de ceses y dimisiones que han tenido lugar en las últimas semanas en la Agencia Tributaria y que han llevado a los propios profesionales del organismos a poner en cuestión su neutralidad ante injerencias políticas.

Y también a proponer medidas de reforma que permitan blindar a los trabajadores ante el posible intervencionismo de sus superiores políticos.

El barómetro del año que viene permitirá conocer hasta qué punto las turbulencias en la Agencia Tributaria han podido afectar a la percepción que los ciudadanos tienen de sus profesionales.

De momento, lo que sabemos es que en 2012 los ciudadanos evaluaban de forma muy positiva la imparcialidad de los profesionales del organismo... con algunos matices.

Mientras los desempleados e inactivos son los que más valoran la neutralidad en la acción de los trabajadores de la Agencia, los empresarios son los que se muestran más escépticos al respecto.Sonrían, por favor

En general, la percepción que tienen los ciudadanos de los funcionarios de la Agencia Tributaria es que son gente muy correcta, muy bien preparada, imparcial y seria en el trabajo... tal vez excesivamente seria.

La falta de empatía con los problemas y preocupaciones que les trasladan los contribuyentes, sean éstos asalariados, autónomos o empresarios, es el principal déficit que han detectado los administrados en su relación con los empleados de la Agencia.

Y es que los funcionarios de Hacienda no han conseguido sacudirse esa imagen de inflexibles hombres de negro que arrastran desde que el barómetro del Instituto de Estudios Fiscales comenzara a testar las opiniones de los españoles sobre el marco tributario allá por el año 2005.

Desde entonces, la valoración de los ciudadanos sobre la empatía en el trato personal de éstos ha oscilado entre el suspenso y el aprobado respado, sin alcanzar las tasas de excelencia que sí se les atribuyen en materia de conocimientos e imparcialidad.

Según los autores del barómetro todo esto se resume así. "Son imparciales y correctos en su trato con los ciudadanos y están bien preparados para realizar su tarea, si bien tienden a ser algo rígidos a la hora de hacerse cargo de los problemas de los contribuyentes".

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