Madrid, 6 jun.- La Confederación Española del Comercio (CEC) ha pedido hoy al Gobierno que adopte con carácter de urgencia medidas contra la venta de productos falsificados y la competencia desleal que, junto con la crisis, actualmente amenazan la supervivencia del pequeño y mediano comercio.
En un comunicado, la CEC asegura que estas prácticas ocasionan un grave perjuicio al comercio, al empleo y a la economía, al tiempo que entrañan un grave riesgo para la salud y la seguridad de los consumidores.
Para el presidente de la CEC, Manuel García-Izquierdo, si la venta de falsificaciones continúa proliferando, el comercio sufrirá una importante pérdida de competitividad y de empleo.
El impacto negativo que este negocio ilícito tiene en el sector es "evidente" y, si no se le pone freno, en los próximos años se traducirá en el cierre de "miles de comercios" que sí cumplen con la normativa y pagan sus impuestos, añade el presidente de la CEC, que recuerda que este tipo de prácticas dañan la imagen de las ciudades.
Además, alerta del aumento de la venta de falsificaciones a través de internet y reclama que se extreme la vigilancia de este canal y se establezcan "sanciones proporcionales" para evitar un mayor perjuicio al comercio tradicional "que cumple con las garantías que exige la legalidad".
En 2010, el consumo de productos falsificados en España sumó unos 505 millones de euros, según un estudio elaborado a petición de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (ANDEMA).
Según datos de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional, el año pasado el número de efectos de cosmética, perfumería, calzado, prendas de vestir, marroquinería, complementos, joyas o relojes intervenidos superó el millón de unidades.
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