Madrid. El ayuntamiento rechaza ceder temporalmente el mercado de legazpi para usos sociales


El Ayuntamiento de Madrid se ha negado a que el colectivo Espacio Vecinal Arganzuela (EVA) utilice temporalmente las instalaciones del mercado de frutas y hortalizas de Legazpi.
Según informa este colectivo, así se lo han trasladado miembros del consistorio dirigido por Ana Botella en una reunión en la que participaron también representantes de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (Fravm).
Se trata de una propiedad municipal situada en la Glorieta de Legazpi que lleva años abandonada, sin uso definido y sin perspectivas inmediatas de tenerlo.
La respuesta oficial del ayuntamiento en la reunión fue, según EVA, que “no hay disponibilidad patrimonial” en todo el distrito de Arganzuela para acoger el proyecto, presentado el pasado 4 de noviembre ante el consistorio.
En esta iniciativa, los treinta colectivos firmantes plantean una solución para la falta de espacios que puedan dar servicios a la creciente población de este distrito y la actividad vecinal, social y cultural del mismo.
A este respecto, EVA denuncia que el Área de Gobierno a la que pertenece la Dirección General de Participación Ciudadana se está construyendo ahora su nueva sede “ocupando” precisamente un edificio municipal en Arganzuela, próximo al mercado, que el Plan Especial de Madrid Río inicialmente destinaba en parte a paliar la falta de equipamientos para los vecinos.
Los representantes del Espacio Vecinal llevaron a la reunión una propuesta de uso parcial del espacio del Mercado, limitada en el tiempo para no condicionar a quienes asumieran el gobierno de la ciudad dentro de cuatro meses y garantizando la buena conservación del inmueble y la posibilidad de revertir el proceso, en caso de no ser valorado positivamente por la Administración.
En la asamblea que se realizó en El Matadero con posterioridad a la reunión, los más de 60 representantes de los colectivos integrantes en EVA, ante la negativa municipal a dialogar, acordaron incrementar las movilizaciones en la calle y la organización de actividades sociales y culturales frente a las puertas de “un inmenso espacio vacío cuya vigilancia 24 horas pagan todos los madrileños, únicamente para garantizar que continúe sin uso y abandonado durante unos años más”.

Mostrar comentarios