Madrid. El dinero sobrante del pago del ser se almacenará en un saldo virtual asignado a la matrícula


El dinero sobrante del pago en metálico del tique de estacionamiento en zona verde o azul de la ciudad de Madrid se almacenará en un saldo virtual asignado a la matrícula del vehículo, que a partir de ahora se introducirá en un teclado en los parquímetros.
Así lo anunció hoy la alcaldesa, Ana Botella, en la presentación de los nuevos parquímetros, que se están instalando desde ayer y cuyas novedades de pago y ponderación del coste en función del nivel de emisiones del vehículo y la tasa de ocupación de la zona entrarán en vigor el próximo 1 de julio.
Hasta entonces, explicó Botella, los madrileños se irán acostumbrando a introducir en un teclado la matrícula de su vehículo para que el parquímetro calcule la tarifa en función de su nivel de emisiones y la ocupación de la zona. Además, se podrá pagar en metálico, con tarjeta de crédito o débito, con tarjeta prepago y a través del teléfono móvil.
En cuanto al pago en metálico, la nueva tecnología permitirá que la diferencia entre la tarifa y el dinero que se introduzca se almacene en un monedero virtual asignado a la matrícula; en cuanto al pago por móvil, permitirá generalizar la posibilidad de renovar el periodo de estancia sin necesidad de que el usuario salga del lugar donde se encuentre, algo que hasta ahora podía hacerse sólo en algunos barrios de la capital.
Botella resaltó que con la entrada en vigor del nuevo SER, Madrid se convierte en la primera ciudad del mundo donde se pondera la tarifa según el nivel de contaminación del vehículo y de la tasa de ocupación de la zona. Fuentes municipales explicaron a Servimedia que alrededor del 80% de los vehículos pagarán menos de lo que pagan actualmente al introducirse la variable del nivel de contaminación.
La alcaldesa defendió la necesidad de introducir esta dimensión medioambiental para el uso racional del vehículo privado y avanzar en la dirección iniciada en 2006 con la creación del SER, desde la cual calcula que cuatro de cada diez madrileños optan por el transporte público y han dejado de entrar en la capital 200.000 vehículos. Desde hace tres años, el nivel de dióxido de nitrógeno habría disminuido un 22% en Madrid.

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