Mark Blyth: "Por culpa de la austeridad, puede que no hayamos tocado suelo"

  • La austeridad es una "idea peligrosa" que nos tiene inmersos en un círculo vicioso de recortes que aumentan la deuda y el desempleo, por lo que puede que aún no hayamos "tocado fondo" en esta crisis, advierte Mark Blyth, profesor de Economía Política Internacional de la Universidad de Brown.

Marina Estévez

Madrid, 9 feb.- La austeridad es una "idea peligrosa" que nos tiene inmersos en un círculo vicioso de recortes que aumentan la deuda y el desempleo, por lo que puede que aún no hayamos "tocado fondo" en esta crisis, advierte Mark Blyth, profesor de Economía Política Internacional de la Universidad de Brown.

Por eso, los partidos que se empeñan en un programa en contra del crecimiento económico deberían tener en cuenta que "a largo plazo, no hay electorado que acepte votar por ser cada vez más pobre", afirma en una entrevista con Efe.

Autor de "Austeridad: Historia de una idea peligrosa", editado en castellano por Crítica, Blyth se confiesa "horrorizado" con la idea defendida por el Gobierno de que España podrá crear empleo neto con un crecimiento del PIB del 1 %.

"Lo que se está diciendo básicamente es que los trabajadores españoles son ahora tan baratos que podemos contratarles por prácticamente nada de dinero y sin crecimiento. ¡Menudo éxito!", exclama.

Este escepticismo sobre la incipiente recuperación, sobre el que dice que desearía estar equivocado, se sustenta en el hecho de que en la eurozona se da el caso único de que "todo el mundo es el principal socio comercial del otro", por lo que si todos intentan recortar al mismo tiempo "no sólo no has alcanzado suelo, es que sigues cavando".

La idea con la que inicia su ensayo, de 542 páginas y libre de jerga económica, es que la política de austeridad parte de un diagnóstico erróneo: que la crisis económica es un problema de deuda pública, cuando lo es de abuso del crédito por parte del sector privado.

"Los ahorradores del norte prestaron liquidez a los prestatarios del sur, con la intermediación de los principales bancos europeos", hasta que produjo un explosivo crecimiento del mercado inmobiliario, en el caso español, y un aumento desmedido del endeudamiento privado.

Mientras tanto, y a pesar del aumento del gasto público español en aquellos años del boom -de 27.000 millones en 2001 a 55.000 en 2010- la deuda pública bajó hasta el 36,1 % del PIB en 2008.

Sin embargo ahora, mientras se recorta el estado del bienestar, la deuda sigue subiendo (rozará el 100 % en 2014), lo que genera a su vez nuevos recortes.

"Todos los recortes que están haciendo provocan que se encoja el PIB, con lo que la misma cantidad de deuda se incrementa proporcionalmente, y cuanto más crece la deuda, más se recorta gasto público. Es la definición misma de estupidez", asegura Blyth con energía.

Pone además el acento en que España necesita un nuevo modelo de negocio, tras haber pasado de ser la octava potencia industrial del mundo al puesto diecisiete.

El país se ha centrado en una actividad basada en playas, bancos, servicios empresariales y solares destinados a la construcción que ya no va a ser posible reproducir, toda vez que la época del dinero barato inyectado desde el norte de Europa se ha acabado, recalca.

Y ha sido también un caldo de cultivo idóneo para la corrupción, asevera Blyth, que no obstante pregunta: "¿Has oído hablar del nuevo aeropuerto de Berlín? 7.000 millones de euros. Claro, los alemanes no son corruptos, así que pueden robar masivamente".

Este profesor de la elitista y prestigiosa universidad estadounidense de Brown nació en Dundee (Escocia) en 1967, en un ambiente de relativa pobreza en el que los ingresos familiares se reducían básicamente al cobro de la pensión de su abuela.

Por eso se define a sí mismo como un "orgulloso" hijo del Estado del bienestar, y ejemplo extremo de movilidad social intrageneracional.

Un caso que podría no repetirse por culpa de la "conclusión injusta" de que la austeridad es la única forma de salir de la crisis, lo que condena -concluye- a una generación de "trabajadores obligados a rescatar a los banqueros".

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