La líder mas poderosa de Europa decidió salir a tomar el aire tras horas y horas de negociaciones casi ininterrumpidas y se acercó con sus guardaespaldas a la Maison Antoine, un famoso puesto de Bruselas descrito como una "verdadera institución" por una fuente diplomática alemana.
Merkel debía tener hambre, porque la comida de trabajo informal de los líderes europeos se fue retrasando todo el día hasta las 8 de la tarde.
La culpa fueron las intensas negociaciones para ofrecer al primer ministro británico David Cameron un acuerdo para que el Reino Unido no se vaya del bloque.
"No habíamos comido en todo el día", dijo la fuente diplomática alemana. "La canciller no quería tampoco comer demasiado" porque la cena de trabajo estaba pendiente.
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