Ministro de Hacienda de Brasil alimenta versiones sobre su salida del gobierno

  • El ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, alimentó este viernes las versiones de su salida del gobierno durante una rueda de prensa en la que repasó su gestión y dio a entender que se había cerrado un ciclo.

Las especulaciones de que Levy, un economista ortodoxo que trabajó en el FMI, habría acordado su desvinculación del gobierno izquierdista de Dilma Rousseff y que ya le estarían buscando un sustituto, se sentían en la bolsa de Sao Paulo, que retrocedía 2,59% a 44.091 puntos a las 17H38 GMT.

Consultado sobre si había planteado su salida a la presidenta, respondió: "Conversamos sí. El año fiscal y legislativo cerró y eso abre muchas alternativas. Mi objetivo es no crear ningún tipo de apremio al gobierno".

"La mayor parte de la primera serie de cosas importantes (...) si no las terminamos, al menos las dejamos encaminadas. Eso nos da una cierta tranquilidad, aunque no necesariamente implica que vaya a haber una acción específica inmediata", añadió Levy durante un desayuno con periodistas en el ministerio.

La situación de Levy se fragilizó a medida que la crisis política agudizó el deterioro económico, sobre todo luego de que se abrió un proceso de impeachment contra Rousseff, acusada de aprobar gastos sin autorización del Congreso y financiar al Tesoro con préstamos de entidades públicas, algo prohibido por la ley.

En el interín, la séptima economía del mundo entró en una espiral recesiva y creció dentro del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) la resistencia al programa de ajuste con el que Levy busca reencaminar la economía, tras un ciclo en que Brasil creció poco o nada.

"El ajuste no era un capricho, sino una necesidad de Brasil", dijo Levy.

Este jueves, el Congreso aprobó el presupuesto 2016 con una modesta proyección de ahorro fiscal de 0,5% del PIB, menos de lo que pretendía el ministro y una nueva derrota para su programa después de que en 2015 la meta primaria fuera reducida cinco veces, pasando de un superávit de 1,2% a un déficit que podría llegar al 2%.

"Tiene que haber una coherencia entre la meta y los recursos previstos para que el Poder Ejecutivo pueda cumplir con el presupuesto. Y esa coherencia tendrá que ser trabajada a comienzos del próximo año", dijo Levy, para quien la crisis política explica parte del presente económico del país.

"Si todo el riesgo que se puede tomar está ocupado por lo que pasa en Brasilia, queda poco espacio para asumir riesgos personales", dijo durante la reunión en la que bromeó y lució distendido pese a las recurrentes preguntas sobre su salida que esquivó sin cesar.

La economía de Brasil se contraerá 3,1% en 2015 y 1,9% en 2016, según datos del gobierno. De concretarse ese pronóstico, sería el primer bienio recesivo desde 1930-31.

Tras perder el grado de inversión a manos de las agencias Fitch Ratings y Standard & Poor's, y lejos de la expansión del 7,5% que en 2010 parecía marcar el despertar del gigante latinoamericano, hoy los indicadores son un rosario de datos negativos: rojo fiscal creciente, desempleo de 7,5%, inflación de 10,48% y una depreciación del real del 31,6% anual.

"Lo importante es preparar al país para una era pos-commodities", concluyó Levy.

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