Morgan Stanley busca 2.000 millones de dólares para Puerto Rico, según diario

  • Morgan Stanley ha tanteado a cerca de una docena de fondos de inversión y de gestión patrimonial, entre otros inversores alternativos, para tratar de reunir 2.000 millones de dólares e inyectarlos en las malogradas cuentas de Puerto Rico.

San Juan, 22 ene.- Morgan Stanley ha tanteado a cerca de una docena de fondos de inversión y de gestión patrimonial, entre otros inversores alternativos, para tratar de reunir 2.000 millones de dólares e inyectarlos en las malogradas cuentas de Puerto Rico.

Así lo asegura un artículo publicado hoy en la edición impresa de The New York Times, que, sin identificar sus fuentes, detalla que ese préstamo se concedería a un precio muy elevado.

"Las conversaciones son fluidas, pero una de estas personas, que habló bajo condición de anonimato, dijo que la deuda podría llevar a rendimientos de hasta el 10 %, más del doble de lo que una ciudad u estado de alta calificación paga por pedir prestado en el mercado de deuda municipal", explica.

Este esfuerzo por lograr financiación es, según el diario, una iniciativa que no ha sido impulsada por el Gobierno de la isla, sino que parte del mundo inversor, y que, en cualquier caso, muestra la grave situación en que se encuentra este Estado Libre Asociado a EEUU.

"No tiene precedentes", asegura en el artículo Robert Donahue, director gerente de Municipal Market Advisors. "Es un reflejo de la creciente asunción de que Puerto Rico ha excedido el apetito por el riesgo en el mercado de bonos municipales tradicional".

De cerrarse esta iniciativa liderada por Morgan Stanley, sería la mayor operación de deuda de Puerto Rico, si no del conjunto del mercado de deuda municipal, realizada por fondos de inversión y otras firmas alternativas de inversión, según el diario.

El mes pasado, Moody's anunció que ponía la calificación crediticia de Puerto Rico en revisión para una posible bajaba.

Así, cualquier bajada de tan sólo un escalón por parte de alguna de las tres grandes agencias calificadoras podría tener consecuencias dolorosas para Puerto Rico, ya que se aceleraría la necesidad de pagar cerca de mil millones de dólares de deuda y habría que presentar más colateral.

Sin embargo, las autoridades de Puerto Rico insisten en que hay liquidez para aguantar hasta el final de este año fiscal (30 de junio) sin tener que endeudarse más y aseguran haber aumentado los ingresos fiscales y reducido las cargas en materia de pensiones.

Por contra, Moody's insta a Puerto Rico a que acuda a los mercados antes de que acabe el mes y demostrar que tiene capacidad para recaudar fondos bajo la actual presión financiera.

"La incapacidad o falta de voluntad de acceder al mercado en enero de 2014 sería un factor de calificación negativa", dijo la agencia en diciembre.

Sin embargo, fuentes del mercado advierten de que si Puerto Rico, que acumula un déficit presupuestario de 820 millones de dólares, acude al mercado y no logra atraer suficientes inversores, enviaría un mensaje muy peligroso.

"Si bien la venta de bonos en los mercados de deuda municipal es una fuente de financiación vital para muchos estados y ciudades, Puerto Rico ha llegado a depender de la deuda para mantener al gobierno funcionando", explica el diario neoyorquino.

Por décadas Puerto Rico ha disfrutado de una demanda casi ilimitada para sus bonos, cuyos intereses están exentos de impuestos federales, municipales y estatales, lo que los hace muy atractivos para los residentes de la parte continental de EEUU.

La última entidad del Gobierno de Puerto Rico que acudió al mercado de deuda municipal fue la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), que vendió 673 millones de dólares en bonos el pasado agosto, con intereses cercanos al 7 %.

"Desde entonces, los inversores se han vuelto más temerosos ante la posibilidad de un incumplimiento por Puerto Rico y sus temores se acentuaron por la declaración de quiebra de Detroit", explica el diario.

Debido a su peculiar estatus, Puerto Rico no puede acogerse a la ley de protección federal de bancarrota, "pero algunos inversores temen que la falta de un proceso de quiebra supervisada por los tribunales lleva a los acreedores a una caída libre o a la necesidad de un rescate".

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