Nada es imposible: el mercado se protege ya de un hipotético impago de EEUU

    • Si republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo, la primera economía mundial hará un default, lo que supondría unas consecuencias nefastas.
    • Los expertos creen que las turbulencias en las bolsas occidentales se mantendrán hasta que Estados Unidos alcance un pacto.

El DAX 30 cae lastrado por la negociación sobre el presupuesto de EEUU
El DAX 30 cae lastrado por la negociación sobre el presupuesto de EEUU
Enrique Utrera

No hay pánico, pero la preocupación de los inversores mundiales por el bloqueo de las negociaciones para elevar el techo de gasto en Estados Unidos crece por momentos. China y Japón, los dos países con más bonos estadounidenses en sus carteras, han urgido al gobierno de Obama para cerrar un acuerdo y los grandes inversores institucionales empiezan a buscar refugio en los metales preciosos mientras el dólar, la bolsa y los bonos estadounidenses ofrecen signos inequívocos de debilidad.

Hasta ahora, nadie se había planteado el default de la primera economía del mundo que, si no hay acuerdo, sería una realidad el próximo 17 de octubre. El desastre sería completo o, como asegura el analista de un banco extranjero, "un Lehman Brothers a lo bestia, de dimensiones planetarias, imprevisibles. Apostar porque Estados Unidos deje de pagar su deuda es lo mismo que apostar por el fin del mundo".

La de la quiebra es una posibilidad a la que los inversores siguen otorgando un 0% de posibilidades, pero la indiferencia de las últimas semanas ha dado paso a un primer episodio suave de ataque de nervios. "Los mercados están teniendo una buena excusa para consolidar las fuertes ganancias de septiembre (el Dow Jones ha caído un 5,7% desde máximos y está en los niveles en los que rebotó en agosto) y la prima española ha repuntado hasta los 250 puntos básicos en un movimiento de cierto vuelo a la seguridad", explican los analistas de Bankia Bolsa.

Por lo tanto, los inversores han empezado a tomar decisiones con el resultado de que las rentabilidad de los bonos americanos se disparan hasta niveles no vistos desde 2008, de que los índices bursátiles estadounidenses han perdido la media móvil de los últimos cincuenta días, de que el yen se ha disparado ejerciendo de divisa refugio y de que el oro se ha convertido en el activo más demandado en los últimos días.

Aunque el mercado sigue creyendo que habrá acuerdo de última hora entre demócratas y republicanos en una batalla con mucho más contenido político que económico, los inversores han decidido blindarse a sabiendas de que los próximos días serán muy duros. "Seguimos pensando que hasta que no se solucione la crisis política en EEUU continuarán los recortes en la renta variable occidental", aseguran los analistas de Link.

El consenso del mercado considera que a medida que se acerque la fecha límite se intensificará la presión de los poderosos dueños de la deuda estadounidense y de que el deterioro de los mercados que tanto ha tardado en producirse acabará por convencer a los políticos de que no se puede estirar mucho más la cuerda. "Esto no es un banco como Lehman Brothers al que se dejó caer, por grande y sistémico que sea. Es la primera economía del mundo. Una quiebra es sencillamente impensable", aseguran en un 'broker' nacional.

Después de muchas semanas mirando para otro lado, el mercado ya tiene la mosca detrás de la oreja. En cualquier caso, los mercados están bajo control. Nada que ver con el verano de 2011, cuando el encallamiento de las negociaciones para elevar el techo de gasto puso las bolsas a los pies de los caballos.

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