Portugal aprueba otro presupuesto de austeridad por cuarto año consecutivo

  • El Parlamento de Portugal aprobó hoy, gracias a la mayoría absoluta conservadora, los presupuestos de 2013 marcados, por cuarto año consecutivo, por la austeridad y los recortes en medio de una creciente protesta social.

Lisboa, 27 nov.- El Parlamento de Portugal aprobó hoy, gracias a la mayoría absoluta conservadora, los presupuestos de 2013 marcados, por cuarto año consecutivo, por la austeridad y los recortes en medio de una creciente protesta social.

Los 132 diputados, de un total de 230, de la alianza conservadora de Gobierno, fueron más que suficientes para sacar adelante el documento y rechazar las muchas enmiendas de la oposición a un presupuesto ya aprobado, de forma general, el pasado 31 de octubre.

En contra del texto se pronunció toda la oposición de izquierda, incluido el Partido Socialista, que el año pasado, cuando aún estaba en el poder, pidió y negoció el rescate financiero de Portugal y se abstuvo en la votación de los presupuestos aprobados en ese ejercicio.

Tras casi un mes de trámite parlamentario y polémica política solo falta ya la sanción del jefe del Estado luso, el también conservador Aníbal Cavaco Silva, para que las cuentas entren en vigor.

El PS y algunas organizaciones sindicales reclaman que Cavaco someta el documento al Tribunal Constitucional para que se pronuncie sobre la legalidad de sus ajustes.

El texto destaca por su "enorme" aumento de la carga fiscal, según reconoció el propio ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, que elevará en un treinta por ciento, según varios expertos, la presión media sobre el ciudadano.

Los portugueses han visto subir todos los impuestos desde 2010, cuando el entonces recién reelegido primer ministro, el socialista José Sócrates, presentó unos presupuestos que colocaban la reducción del déficit público en el centro de su política económica.

La necesidad de equilibrar los ingresos y gastos del Estado estuvo detrás también, de los presupuestos de 2011 y 2012, calificados sucesivamente como "los más duros de la historia", un récord que han vuelto a marcar los aprobados hoy.

El rechazo popular a la austeridad, que ha causado numerosas huelgas y manifestaciones en Portugal en los últimos años, se ha sentido ya durante la sesión parlamentaria de hoy.

Ante las puertas de la Asamblea legislativa se concentraron miles de personas convocadas por el principal sindicato del país, la central comunista CGTP, y otros colectivos sociales para expresar su rechazo a los nuevos ajustes.

Pero la protesta se desarrolló sin incidentes, al contrario que la del pasado 14 de noviembre, que acabó en choques violentos, inusuales en Portugal, entre policías y manifestantes con el resultado de varios heridos y detenciones.

Hoy ni siquiera los diputados conservadores celebraron con una ovación -como es habitual- la aprobación del presupuesto al terminar las votaciones.

El proyecto de presupuestos puso a prueba la solidez de la alianza gubernamental entre los socialdemócratas (centroderecha) y los democristianos con la aparición de fuertes divergencias sobre las medidas de austeridad, que finalmente ambas formaciones superaron.

El ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, representó al Gobierno en el debate presupuestario final y defendió que el único camino posible para que Portugal cumpla los compromisos del rescate financiero, de 78.000 millones de euros, firmado con la UE y el FMI es el de la austeridad.

El país afronta dificultades para reducir su déficit público hasta el 5 % del PIB en 2012 y el 4,5 % en 2013 como acordó con los dos organismos internacionales, y ha tenido que adoptar nuevos ajustes económicos.

Gaspar reconoció que la ejecución de los presupuestos está "rodeada de muchos riesgos e incertidumbres" debido al contexto de crisis a nivel europeo.

Desde el principal grupo de la oposición, el líder socialista, Antonio José Seguro, censuró una vez más que el Gobierno opte por la senda de los recortes y reclamó que exija más tiempo para devolver el rescate financiero y menores intereses, como Grecia.

"Éste es un día sin vuelta atrás", lamentó Seguro, al recalcar que la austeridad "no sólo no resuelve los problemas del país, sino que los agrava".

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