Portugal convence a la troika e inicia la cuenta atrás para cerrar el rescate

  • Tres años después de recurrir al rescate, Portugal aprobó hoy la última de las doce evaluaciones trimestrales de la troika a las que se vio sometido desde entonces, un trámite menos que acerca el cierre de su programa de asistencia financiera.

Lisboa, 2 may.- Tres años después de recurrir al rescate, Portugal aprobó hoy la última de las doce evaluaciones trimestrales de la troika a las que se vio sometido desde entonces, un trámite menos que acerca el cierre de su programa de asistencia financiera.

En un ambiente de evidente optimismo, el "número dos" del Gobierno luso, Paulo Portas, consideró que el país tiene todas las opciones de "recuperar la libertad" y se encuentra ya en la senda de la recuperación.

Los responsables de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional ensalzaron los progresos y avances conseguidos, aunque advirtieron de que Lisboa todavía tiene que aplicar nuevas reformas a medio plazo para dotar a su economía de mayor fortaleza y competitividad.

Una vez obtenido el visto bueno de la troika, sólo falta por saber si el Ejecutivo luso optará por una salida "limpia", como hizo Irlanda", o si prefiere recurrir a una línea de crédito preventiva concedida por sus socios comunitarios dirigida a reducir los riesgos durante su regreso a los mercados de deuda a largo plazo.

La decisión se comunicará al país el próximo domingo por el primer ministro luso, el socialdemócrata Pedro Passos Coelho (PSD, centro derecha), que ha convocado un consejo de ministros extraordinario para tratar este asunto.

El resultado positivo del examen de la UE y el FMI -cuyos técnicos se desplazaron a Lisboa durante poco más de una semana- permite al país enfilar la recta final de su rescate financiero, que cerrará oficialmente el próximo 17, en un ambiente de aparente relajación en los mercados extensivo a toda Europa.

"Misión cumplida", resumió Paulo Portas, quien hizo balance en rueda de prensa del programa de ajuste acordado con la troika en mayo de 2011, un mes antes de que los conservadores lusos accedieran al poder.

El "número dos" del Gobierno recordó que el motivo que llevó a Portugal a pedir ayuda financiera fue la dificultad de acceder a financiación a tipos de interés sostenibles, ya que para vender su deuda los inversores le exigían una rentabilidad muy elevada.

"Cuando tomamos posesión -en junio de 2011-, los intereses sobre los títulos a diez años estaban al 10,6 %, y hoy están al 3,6 %", recordó el viceprimer ministro luso.

"Estos años supusieron para los portugueses esfuerzos muy dolorosos, momentos difíciles", reconoció Portas, quien consideró que los portugueses eran conscientes de que no quedaba otro camino después de que el país se quedase "sin dinero".

Portas defendió los beneficios del severo programa de ajustes y reformas negociado con la UE y el FMI, y destacó que Portugal espera volver a crecer ya este mismo año por encima del 1 % después de tres ejercicios consecutivos en recesión.

Además, incidió en que las exportaciones lusas han duplicado su peso en la economía nacional durante este período, y que el déficit público se redujo del 9,8 % del PIB en 2010 al 4,9 % en 2013.

La troika, por su parte, instó hoy a Portugal a no confiarse en exceso debido a la existencia aún de "riesgos" y "problemas persistentes" por resolver, que exigirán más reformas.

El visto bueno de la troika da luz verde al desembolso del último tramo de la ayuda a Portugal, 2.600 millones de euros, que servirán para completar los 78.000 millones que fueron prestados al país y que ha recibido de forma progresiva durante los últimos tres años.

"Con el cierre del rescate, es esencial que Portugal se comprometa a aplicar políticas económicas sólidas a medio plazo -una vez deje de encontrarse bajo la supervisión de la UE y el FMI-. Las actuales condiciones económicas y financieras, favorables, no deben conducir a una actitud complaciente", alertaron los responsables de la misión internacional.

A pesar de que la próxima salida del programa de asistencia financiera permitirá a Portugal dejar de estar bajo la supervisión continua de la troika, Lisboa deberá rendir cuentas hasta que devuelva de forma íntegra el préstamo que le fue concedido.

De hecho, la oposición lusa de izquierdas centró sus críticas en que el aprobado final de la troika no supone el cese de la austeridad en el país porque la vigilancia de los acreedores internacionales a las cuentas públicas continuará.

Mostrar comentarios