Proteccionismo no es solución y Brasil debe abrirse a competencia, analista

  • El acuerdo comercial que alcanzaron el pasado jueves México y Brasil es una solución temporal que favorece en gran parte a México, aunque el Gobierno brasileño deberá abrir su economía a la competencia internacional, dijo hoy a Efe el analista Luis de la Calle.

México, 18 mar.- El acuerdo comercial que alcanzaron el pasado jueves México y Brasil es una solución temporal que favorece en gran parte a México, aunque el Gobierno brasileño deberá abrir su economía a la competencia internacional, dijo hoy a Efe el analista Luis de la Calle.

El exsubsecretario de negociaciones comerciales del ministerio de Economía de México explicó que aunque se acordaron cuotas a la exportación de autos a Brasil, México preservó su ingreso preferencial, es decir, sin ningún impuesto, al mercado brasileño.

De la Calle, director de una empresa consultora y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, aseguró que el afectado principal es el consumidor brasileño, que tendrá que pagar más por sus autos y tendrá menos opciones para su elección.

"Con este acuerdo México se mantiene como el único país gran productor de autos que no paga impuestos para ingresar al mercado brasileño, a diferencia de los estadounidenses, europeos y asiáticos", indicó De la Calle.

Añadió que, sin duda, la industria brasileña no es competitiva debido a que ha sido muy protegida, mientras que la mexicana es altamente competitiva después de muchos años de apertura, y agregó que se puede confirmar en los precios de "las mismas marcas de autos producidas en ambos países".

Después de diversas encuentros, el pasado jueves delegaciones de alto nivel de México y Brasil acordaron limitar el intercambio comercial de automóviles mediante cuotas a las exportaciones durante los próximos tres años y, al final, restablecer el libre flujo comercial.

Los conflictos comerciales con algunos países de Suramérica no son nuevos, ya que en 2005 en la Cumbre de las Américas la oposición del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de Venezuela echaron abajo la propuesta de establecer el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), reunión que derivó en fricciones entre México y algunos países, principalmente Venezuela.

El conflicto entre Brasil y México generó una situación difícil, que en palabras del ministro mexicano de Economía, Bruno Ferrari, "sembró mucha incertidumbre, sobre todo el sector industrial, y en las inversiones que se van a hacer.

Al final, los negociadores calificaron el resultado de positivo debido a que, según sus cuentas, se logró "salvar el acuerdo comercial".

"Lo más importante que se logró fue no romper un acuerdo comercial que hubiera implicado un conflicto internacional muy serio entre los dos países, desde el punto de vista comercial, y por qué no decirlo, probablemente político", señaló Ferrari.

Por su parte, las autoridades brasileñas destacaron también la actitud flexible de México para buscar soluciones favorables a ambas partes, y destacaron la cooperación de ambos países en foros internacionales, entre estos el G20, cuya presidencia rotativa está ahora en manos de México.

Luis de la Calle minimizó el impacto de este desacuerdo y consideró que se logró mantener una posición favorable a México.

Recordó que los acuerdos comerciales se fundamentan en la certidumbre de su cumplimiento y destacó que Colombia, Perú y Chile son países que han apostado por el cumplimiento de sus compromisos y son aliados para la el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).

México ha buscado ingresar a este pacto comercial, que fue suscrito inicialmente en 2005 por Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur y después lo firmaron Malasia, Perú, Australia, Singapur y Vietnam y otros están en negociaciones para ingresar, entre ellos Estados Unidos, Japón y Malasia.

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