Rato cumple un año en Caja Madrid, líder del primer banco comercial de España

  • Madrid.- El exvicepresidente del Gobierno y ex director gerente del FMI, Rodrigo Rato, celebra hoy su primer aniversario al frente de la presidencia de Caja Madrid, convertida hoy junto a Bancaja en la cabecera del Banco Financiero y de Ahorros, el primero en banca comercial y de empresas de España.

Rato cumple un año en Caja Madrid, líder del primer banco comercial de España
Rato cumple un año en Caja Madrid, líder del primer banco comercial de España

Madrid.- El exvicepresidente del Gobierno y ex director gerente del FMI, Rodrigo Rato, celebra hoy su primer aniversario al frente de la presidencia de Caja Madrid, convertida hoy junto a Bancaja en la cabecera del Banco Financiero y de Ahorros, el primero en banca comercial y de empresas de España.

Su llegada a la cúspide de la caja madrileña puso fin al proceso electoral más largo y polémico de la institución en sus 300 años de historia y sirvió para finiquitar el mandato de más de trece años de Miguel Blesa, con quien la entidad casi sextuplicó su tamaño.

Al mismo tiempo, el aterrizaje de Rato abrió una etapa clave para el futuro de una entidad que a su llegada definió como "sólida, solvente y rentable", además de "preparada para hacer frente a los retos del complejo entorno económico".

Una coyuntura que hacía conveniente ganar tamaño para mejorar la competitividad de un sector en plena reestructuración y en el que desde mediados de 2009 se daba por descontado que Caja Madrid jugaría un importante papel.

En los últimos meses de la etapa de Blesa, ganaba fuerza la hipótesis de que Caja Madrid se fusionaría con la alicantina Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y con Caixa Galicia, todas ellas tuteladas por gobiernos autonómicos del PP.

Las tres cajas habrían creado el primer grupo del sector por activos, adelantando a La Caixa, en una combinación que no fraguó por distintos impedimentos, que se desconocen si en algún momento Rato llegó a tratar de limar.

Pero apenas cuatro meses después de su nombramiento como presidente de Caja Madrid, Rato llegó a un principio de acuerdo para crear una alianza con Bancaja -la tercera del sector- y otras cinco entidades de menor tamaño: la Caja Insular de Canarias, Laietana, la de Ávila, Segovia y La Rioja.

Las siete cajas se comprometieron a crear un banco, cabecera de un modelo denominado Sistema Institucional de Protección (SIP), con compromiso mutuo de solvencia y liquidez.

La nueva entidad desbancaba como primera caja a La Caixa al lograr un volumen de activos próximo a 340.000 millones y una cuota de mercado de depósitos próxima al 12 por ciento.

Para llevar a buen puerto la creación del nuevo grupo, con sede operativa en Madrid y social en Valencia, las cajas aprobaron la petición de un préstamo público de 4.465 millones que les ayudara a acometer la necesaria reestructuración.

El grupo barajaba el cierre de cerca de un 13 por ciento de su red de sucursales y una reducción de aproximadamente el 14 por ciento de su plantilla, casi 4.000 empleos, consensuado con los sindicatos con el propósito de que en su mayor parte de acometa vía prejubilaciones y bajas incentivadas.

Después de varios trámites administrativos y tras recibir las autorizaciones pertinentes, las cajas aprobaron el nombramiento de los consejeros de la nueva entidad, denominada Banco Financiero y de Ahorros, a la espera de que se conozca su marca comercial.

Antes de acabar 2010, el consejo de administración del banco quedó compuesto en su mayoría por representantes del mismo órgano de gobierno de cada una de las siete cajas, y por tanto, con un mayor peso político del PP.

La configuración del nuevo consejo sirvió para situar a Rato en la presidencia del grupo, consolidándose como un referente dentro del mundo de las cajas al que apenas había llegado hacía doce meses.

Al inicio de 2011, el banco empezó a operar, con el objetivo de que la integración genere unas sinergias netas de 500 millones y el resultado del grupo en 2013 ascienda a 2.000 millones.

Pero antes de eso, Rato se encontrará con el reto de reforzar el capital básico del grupo hasta al menos el 9 por ciento de sus activos de riesgo para cumplir con las nuevas exigencias del Gobierno y evitar tener como accionista al Estado.

En cualquier caso, puede estudiar distintas vías, desde la entrada de un inversor privado hasta la venta de inmuebles o alguna de sus participaciones, incluidas en una cartera valorada a cierre de 2009 en 5.700 millones.

Mostrar comentarios