Real Madrid y Valencia CF quedan atrapados en la nacionalización de Bankia

En junio de 2009, cuando la crisis financiera, económica e inmobiliaria ya había llamado a la puerta, Caja Madrid concedió un préstamo de 76,5 millones de euros al Real Madrid para financiar los fichajes de Cristiano Ronaldo y Kaká.

Apenas dos meses después, Bancaja concedió un crédito de 74 millones de euros a Fundación Valencia, avalado por la Generalitat, dirigido a cubrir una agónica ampliación de capital, que llevó a cabo el club, ahogado por sus más de 500 millones de deudas, que debía fundamentalmente a la entidad levantina, ya que ésta era acreedora de cerca de la mitad de esta cifra.

Cuando todavía no se han cumplido ni tres años de estas operaciones, que fueron fruto de polémica en su momento, todos los españoles somos ahora acreedores de sendos equipos, ya que las dos entidades forman parte de Bankia, entidad que acaba de ser nacionalizada por el Estado.

El cambio radical deja atrapados a Real Madrid y Valencia, ya que como ocurrirá al resto de deudores de la entidad, van a sufrir el duro plan de negocio que pondrá en marcha la nueva dirección del banco, capitaneada por el recién elegido presidente José Ignacio Gorigolzarri, con el objetivo de sanear el banco y devolver al Estado el dinero.

"En la situación actual, siendo una entidad nacionalizada, Bankia sólo puede prestar a empresas muy solventes", señala el profesor de la Universidad de Navarra, Francesc Pujol. Desde este punto de vista, el club presidido por Florentino Pérez podría seguir recibiendo crédito, ya que "es una de las empresas deportivas más solventes del mundo", añade el docente.

Con unos ingresos de 479,3 millones en 2011, un 30% superiores a los registrado hace tres años, y un beneficio ordinario de 42,7 millones, su deuda asciende a 589,9 millones de euros; y su activo, a 841 millones.

"El Real Madrid es uno de los pocos clubes que todavía tiene margen para seguir endeundándose", apunta el profesor de IESE Sandalio Gómez. Y eso que se trata del club con el mayor gasto en amortización de jugadores: 92,2 millones.

Pero cuando se mezcla deporte y negocio, no todo es rentabilidad, como se ha demostrado en demasiadas ocasiones con los excesos del pasado. Y esa misma razón hace que ahora este criterio sea insuficiente para seguir financiando este tipo de préstamos.

"En términos de impacto social, el Real Madrid tendrá ahora muy complicado conseguir que Bankia le conceda estos créditos, porque un banco nacionalizado con dinero público debe prestar dinero a empresas que generan empleo, no a fastos suntuosos. Por tanto, entre financiar a un pyme que va a ofrecer 200 puestos de trabajo o pagar un fichaje estrella, deberá respaldar a la primera".

Un caso muy diferente, y mucho más grave, es el Valencia. Primero, por lo abultado de su deuda: 381,9 millones, para unos ingresos de 119,6 millones. Segundo, porque se trata de un equipo en pérdidas, ya que su resultado ordinario de la pasada temporada fueron unos números rojos de 8,8 millones.

Con estas cuentas, el profesor Pujol asegura que "lo que deberá hacer a partir de ahora Bankia es exigir al club el dinero que le debe". Y también advierte de que si esto ocurre, el club ché va a tener serios problemas.

"Si realmente el fútbol funcionara como una empresa, probablemente el Valencia habría quebrado. Pero como este deporte tiene ese halo que despierta tantas pasiones, hace que cuando un equipo no tiene dinero, siempre aparezca un banco o caja que se lo preste", explica Sandalio Gómez.

Pero la nacionalización de Bankia pone punto y final a esta práctica. Al menos, por lo que respecta a Bankia. "Lo que ya no va a valer es pensar: como el Real Madrid es de Madrid, y yo soy Caja Madrid, concedo el crédito y nadie dice nada", añade el profesor de IESE.

Eso sí, aquí debe establecerse una clara diferencia: mientras que "el Real Madrid conseguirá los créditos en otro banco, porque es rentable", según pronostica Sandalio Gómez, el Valencia no conseguía que le prestara ninguna entidad en aquel verano de 2009, cuando hasta Bancaja exigió el aval de la Generalitat. ¿Seguirá igual?