Salen a la luz los entresijos de la petición del rescate a Portugal

  • Cuando está a punto de cerrar su rescate, Portugal conoce los entresijos de la historia que llevó al país a solicitar la ayuda externa hace tres años, con los bancos lusos y el entonces ministro de Finanzas como últimos artífices de la petición.

Óscar Tomasi

Lisboa, 16 may.- Cuando está a punto de cerrar su rescate, Portugal conoce los entresijos de la historia que llevó al país a solicitar la ayuda externa hace tres años, con los bancos lusos y el entonces ministro de Finanzas como últimos artífices de la petición.

El relato de los hechos de aquella atribulada primavera de 2011 ha ocupado decenas de libros, conferencias y debates, pero es ahora cuando uno de sus principales protagonistas ha decidido hablar abiertamente para un reportaje de televisión.

Fernando Teixeira dos Santos, titular de Finanzas en el Gobierno socialista de la época, reconoció las divergencias que surgieron entre él y el primer ministro, José Sócrates, y admitió que actuó por su cuenta y riesgo ante el convencimiento de que el país estaba justo al borde de la bancarrota.

"Agotado el tiempo -que le pidió Sócrates para meditar-, se volvió inevitable optar por la única solución al alcance del país (...). Llegado a un punto, entendí que no podía quedarme solo con aquello que pensaba", explicó a la cadena de televisión SIC para justificar su decisión de hacer pública su postura a favor del rescate y, de esta forma, forzar la solicitud de ayuda.

Corría el mes de marzo de 2011 y Portugal ya era noticia en todo el mundo, abocado como parecía a seguir los pasos de Grecia e Irlanda y pedir la asistencia financiera de la UE y el FMI debido a la asfixiante presión de los mercados, que impedía su acceso a financiación a tasas sostenibles.

Con la crisis del euro como telón de fondo, todas las miradas se dirigían a Lisboa. La fragilidad del Ejecutivo socialista en el Parlamento, donde contaba con mayoría simple, fue un factor clave.

El 11 de marzo, Sócrates presentó por sorpresa un nuevo programa de austeridad, con más cortes y ajustes. En vez de abstenerse como en anteriores ocasiones, los conservadores lusos -hoy en el poder- votaron en contra por considerar que el texto había sido pactado con las instituciones europeas, sin consultar a los portugueses.

Las fuerzas de izquierda, enfrentadas a los socialistas, no hicieron excepciones y tampoco apoyaron el documento, lo que acabó por llevar al primer ministro a presentar su dimisión, y por ende, añadir incertidumbre a la ya de por sí crítica situación del país.

En los días posteriores, además de la presión de los mercados, diferentes autoridades políticas y económicas -portuguesas y extranjeras- reclamaban a Sócrates que no retrasara más lo inevitable. De hecho, los responsables de los principales bancos lusos desfilaron por la televisión de forma coordinada para defender la necesidad de pedir ayuda.

Teixeira dos Santos se reúne con los banqueros el día 4 de abril en medio de una gran tensión: "Estaban muy preocupados por las condiciones de financiación de sus entidades y también por la solvencia del Estado. Les dije que, mientras fuera ministro de Finanzas, no permitiría que el país cayese en la bancarrota".

Dos días más tarde, Portugal lanza una emisión de títulos a seis y doce meses y los inversores exigen tasas de entre el 5 y el 6 % para comprarlos. Intereses imposibles para cualquier país.

El ministro habla con Sócrates por teléfono ese mismo día, pero no logra convencerlo, según relata el propio Teixeira dos Santos, que se decide a actuar. Su jefa de prensa entra en contacto con el diario "Jornal de Negócios" para ofrecer la posibilidad de que el titular de Finanzas "comente" la subasta de deuda de aquel día.

Los periodistas del rotativo recuerdan que recibieron con sorpresa la invitación y preguntaron si Portugal tenía que recurrir cuanto antes al rescate. Por correo electrónico, el ministro responde que, a su juicio, el país tiene que pedir ya ayuda externa.

La noticia da la vuelta al mundo en cuestión de minutos. La redacción recibe llamadas de políticos, banqueros y empresarios lusos para confirmar su veracidad.

"Todos nos preguntaban: ¿Y Sócrates lo sabe?", asegura el que entonces era director del periódico, Pedro Santos Guerreiro, reflejo de las divergencias del líder socialista con su titular de Finanzas.

La situación, insostenible, obliga al primer ministro a ceder y a anunciar oficialmente esa misma noche que Portugal pide el apoyo de la UE y el FMI. Dos meses más tarde, perdería las elecciones tras seis años en el poder.

Considerado el "número dos" de aquel Ejecutivo, Teixeira dos Santos asegura que no se siente un traidor por lo ocurrido y defiende que el rescate era la "única solución" una vez los partidos conservadores forzaron una crisis con motivos "electoralistas".

Ahora sólo falta saber la versión del entonces líder socialista, José Sócrates, quien regresó a la arena política como comentarista pero sigue sin contar los pormenores de cómo se gestionó entre bastidores la petición de un programa de asistencia que Portugal abandona este sábado después de 3 años de austeridad.

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