David y Goliat cambian, mediante el automóvil, la historia

Angel Alonso

Madrid, 18 feb.- David y Goliat han unido en una historia urbana, nada bíblica, sus fuerzas para hacer que un joven nacido sin brazos se haya convertido en el primer conductor en Europa capaz de guiar su coche con los pies.

El David de esta ocasión es David Rivas, un joven madrileño de 34 años, residente en Parla, que ha encontrado en el antónimo tradicional de su gigante enemigo Goliat un sinónimo de amistad en forma del proyecto que ha dado nombre al cumplimiento de su sueño: conducir un coche, pese a su minusvalía.

Encontró el apoyo necesario en Ford España y en la compañía de seguros médicos DKV, que le han facilitado el coche y la formación precisa, respectivamente, para que su tara física no fuera un impedimento para conducir y lograr ese testigo de superación y libertad que lo igualara con cualquier persona.

La historia empieza para David con un traslado a Bilbao para tratar de aprender a conducir en la única autoescuela de España que imparte formación a personas con este tipo de minusvalías.

No fue una tarea fácil, David Rivas empleó en este primer proceso de formación un mes entero con diez horas diarias de conducción y se sacó el carné "a la segunda", como ha proclamado con orgullo.

Un coste alto en esfuerzo y en economía. Su particular aventura había supuesto un desembolso de 12.000 euros, aparte del mes de excedencia solicitado en la empresa que trabaja: el Grupo DKV.

A partir de ese momento, el esfuerzo empezó a recibir la recompensa, Ford le ha donado una versión de su modelo C-Max con motor 2.0 TDCI de 140 CV y caja de cambios automática Powershift, con un coste en concesionario de aproximadamente 30.000 euros.

A ello se unió el coste de adaptación a las especiales condiciones de David, que han supuesto otros 40.000 euros. Dicha adaptación es un prodigio tecnológico muy complejo, pues todos los elementos del automóvil se accionan mediante los pies del propio David, que actúan sobre la dirección, las aceleraciones y frenadas, la transmisión y elementos secundarios como puesta en marcha de intermitentes, luces y limpiaparabrisas.

Especialmente llamativo resulta el movimiento de la dirección mediante un joy-stick, sobre el que David hizo ensayos previos por medio de los videojuegos.

David abre el mismo las puertas de su coche y tiene que conducir descalzo para que la sensibilidad en el manejo de toda esa instrumentación sea la más alta posible.

El joven ha reconocido que ha sido el reto más ambicioso al que se ha enfrentado en toda su vida y que le ha marcado su existencia, tanto que, por ahora, dice, no va abordar nuevas superaciones, pero que en el futuro está el nada desdeñable objetivo de formar una familia con su actual pareja, minusválida como él.

Su gran ambición no ha encontrado, lo reconoce, obstáculos burocráticos, salvo al principio de su odisea, pero "una vez que demostramos a la DGT que mi forma de conducir era segura, el camino se hizo recto".

Tampoco encontró dificultades a la hora de asegurar el coche, que lo ha hecho con una "compañía normal y con una póliza normal".

Quienes han conducido con él exponen totalmente convencidos el virtuosismo de David en el uso de su sistema y él recalca ese convencimiento cuando, al terminar el acto de la presentación de esta historia de superación, como despedida, proclamó con un énfasis pleno de confianza "y ahora os invito a dar una vuelta".

Los presidentes de DKV Seguros, Javier Vega de Seoane, y de Ford-España, José Manuel Machado, no ocultaron el orgullo por esta iniciativa y animaron a otras empresas a poner en marcha proyectos como este Goliat, que pueden ayudar tanto a cambiar la imagen de empresarios y empresas en España.

No faltaron las loas al ejemplo que encierra la aventura de David para una juventud que tiene que encontrar su sitio sobre las infalibles rectas del tesón y del esfuerzo.