The Economist analiza en su último número la venta de un 10% de El Corte Inglés al jeque catarí Hamad Bin Jassim por 1.000 millones de euros y afirma que el grupo podría tener que dar entrada a más capital externo para poder afrontar su histórica ambición de expandirse internacionalmente.
En un artículo titulado Apertura (Opening up), la revista asegura que la compañía necesitará más capital para alcanzar su histórica ambición de expandirse internacionalmente, por lo que añade que el control familiar podría aflojarse aún más.
Según The Economist, con la entrada del jeque catarí El Corte Inglés se suma a un flujo continuo de empresas familiares españolas agobiadas por la deuda que han tenido que dar entrada a nuevos inversores para arreglar sus cuentas financieras.
La publicación subraya que, a pesar de la entrada del nuevo accionista, la familia Areces seguirá controlando la compañía, aunque Hamad Bin Jassim tendrá un asiento en el Consejo de Administración.
También recoge que la entrada del inversor catarí no fue bien acogida por todos, y apunta a las críticas de la Corporación Ceslar que acusaron al grupo de vender barato. Así, recuerda también que estas críticas provocaron la salida de Ceslar del Consejo de Administración como castigo por su indiscreción.
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